Redacción. El Taller Escuela Cerámica de Muel, cuna de la historia y tradición alfarera de la provincia y propiedad de la Diputación de Zaragoza, abrió sus puertas en 1964. Desde entonces, sus alfareros reproducen y decoran piezas de barro con los mismos materiales y técnicas que se utilizaban en los siglos XVII y XVIII, salvaguardando la tradición y la esencia artesanal del lugar. Además, se elaboran piezas por encargo de los ayuntamientos, y a lo largo del año se realizan también cursos y estancias de formación para profesionales, actividades para pequeños y mayores, y visitas para colegios.
“La labor diaria del taller consiste en la creación de piezas tradicionales de vajilla como escudillas, platos, soperas, salseras… a las que se han ido incorporando otras más actuales como juegos de café, de té, lecheras, teteras, tinteros… debido a la demanda de los clientes”, explica la directora del Taller Escuela Cerámica de Muel, María Giménez. “Se trata de piezas únicas y especiales elaboradas por las manos de los mejores alfareros, que trabajan con mimo y dedicación para que cada una de sus creaciones aguarde la esencia de la artesanía de Muel”.
Las piezas elaboradas se venden en el propio taller y en la tienda de cerámica del Coso 44 de Zaragoza, situada en el edificio del palacio de Sástago.
Historia de la cerámica tradicional de Muel
Muel es una pequeña villa situada en la ribera izquierda el río Huerva con una gran tradición alfarera. Aunque no se sabe exactamente cuándo ni cómo se inició la alfarería artística, sí se conoce que fue un pueblo de moriscos hasta que fueron expulsados en 1609, y que esto supuso un golpe serio que pudo afectar a la industria alfarera.
En 1585, el entonces rey de España, Felipe II, realizó un viaje por su reino. En este viaje le acompañaron alabarderos y arqueros, entre ellos Enrique Cook, una figura que ha sido muy importante para la historia de la cerámica de Muel, pues se dedicó a copiar los diseños que se hacían en el barro en la localidad en el siglo XVI. Gracias a él, esos diseños han llegado a nuestros días y dejó plasmados destacados escritos en su visita a la localidad, en los que explica cómo los alfareros de Muel realizaban sus piezas.
“El taller dedicó a Cook una sala de exposiciones, que se ha convertido en un ámbito de referencia en el mundo cerámico”, explica Giménez. “En ella se han expuesto más de ochenta muestras sobre los ceramistas más destacados de las diferentes corrientes artísticas del siglo XX como Llorens Artigas, Corneille o Picasso. Además, se han albergado numerosas muestras de cerámica y porcelana de otras partes de España y del globo, como Talavera, Limoges o la colección Fortún-Torralba”, subraya la directora.
Sin embargo, poco a poco y con el transcurso de los años, Muel fue perdiendo a las familias dedicadas a este oficio. En el siglo XVII había dieciséis alfares, en el XVIII, veintidós, con sus operarios, hornos y talleres y, a lo largo del siglo XIX, se fue extinguiendo la tradición hasta la desaparición del último alfar, que fue dirigido por la familia Soler.
Recuperar la tradición alfarera
Tras ese proceso histórico de decadencia de la alfarería, ya en el siglo XX la Diputación de Zaragoza apuesta por recuperar esta forma artesanal de decorar piezas de cerámica tradicional de la localidad, creando, en el año 1964 el Taller Escuela de Cerámica de Muel.
“Comenzó como un modesto taller para la recuperación de la famosa y extinguida cerámica de Muel y, además, para realizar la formación de artesanos procedentes del municipio, para que continuasen con la tradición alfarera. En estas instalaciones, y con los mismos materiales y técnicas que se utilizaban en siglos anteriores, se reproducen piezas, principalmente de los siglos XVII y XVIII, que fue la época más brillante que conoció esta artesanía”, recuerda la directora, quien explica que actualmente trabajan en estas instalaciones dieciséis personas.
Los proyectos para 2022
Giménez adelanta que para el año 2022 se retoman las actividades del programa Aulas Muel. “Desde el 1 de febrero hasta el 21 de junio acudirán más de 4.000 alumnos de colegios de la provincia de Zaragoza para realizar actividades con barro. Esta actividad forma parte de los proyectos educativos de los colegios de la provincia que cada año realizan las solicitudes con más antelación ya que la evaluación del programa ofrece un resultado muy positivo”.
Además, en el próximo 2022, se realizarán en el Taller Escuela varios cursos de formación dirigidos a diferentes públicos. La mayoría de ellos son orientados a técnicos ceramistas y/o ceramistas profesionales para la mejora sus técnicas y la ampliación de conocimientos, y también se ofertarán formaciones para personas que quieran iniciarse en el mundo de la cerámica, tanto adultos como niños.