Redacción. El convento de Santo Domingo se sitúa frente a la actual estación de ADIF, alejado del Centro Histórico. Su imagen recibe y despide a los viajeros que se desplazan por ferrocarril, pero este elemento patrimonial acusaba, desde hace años, un evidente deterioro que hacía peligrar su estabilidad.
El Ayuntamiento de Caspe, a través de la concejalía de Urbanismo a cargo por Gabriel Luena, ha dado forma a este proyecto cuyo objeto era consolidar y rehabilitar la torre, incluido su antiguo chapitel de cerámica azul del que apenas quedaban restos visibles. Los agentes atmosféricos sobre los muros, la pérdida de coherencia del conjunto y los empujes derivados de la bóveda, así como el deterioro de la fachada principal, amenazan seriamente su estabilidad.
Se trata de un convento perteneciente a la Orden de los Dominicos, cuyo momento fundacional tuvo lugar en 1570. Construido con las aportaciones del pueblo, se inaugura el 15 de junio de 1573, contando, únicamente, con el altar mayor finalizado. No sería hasta 1771 cuando se construye el atrio y la torre campanario. El convento sufre graves desperfectos en la Guerra de la Independencia y se transforma en hospital psiquiátrico en 1880, al cuidado de la Orden de Santa Ana hasta 1978.
La reforma de 1972, acabó con la portada barroca generando un nuevo cuerpo y adaptando el claustro y dependencias. En el año 2002 se iniciaron las labores de restauración y consolidación del conjunto convento-iglesia de Santo Domingo. Entonces, se acometieron las fachadas del claustro y el ala oeste fue destinada para un futuro uso de albergue turístico.
La actuación en la torre ha contado con un presupuesto de 93.308,02 euros y se ha acometido gracias a una subvención de la Diputación Provincial de Zaragoza, dentro del Plan para la Restauración de Bienes Histórico-Artísticos de propiedad municipal.
La restauración de la torre corresponde a la I fase de la actuación prevista en este elemento patrimonial. Se encuentra pendiente una II fase que tiene por objeto la restauración y mantenimiento de la nave principal y las capillas que restan en pie, acusadas de un grave deterioro y que enlazan con la Torre-Campanario.
La figura de la torre ha recuperado de nuevo su estabilidad y el chapitel que la cubre destaca con su antiguo esplendor. Este elemento ha sido restaurado con teja cerámica de color azul, similar a la que lo diferenciaba originalmente y que, tras más de dos siglos de degradación, apenas se podía apreciar a simple vista.
Según el concejal de Urbanismo, Gabriel Luena: “Es un proyecto del que me siento especialmente orgulloso. La actuación ha sido muy delicada y se ha ejecutado casi ‘in extremis’, el mal estado de la torre y de la nave hacían peligrar todo el conjunto. A pesar de su acusado deterioro, el Convento de Santo Domingo es una imagen emblemática para nuestra ciudad. Además, recuperar el entorno del futuro albergue municipal era un paso necesario para relanzar este proyecto”.