Redacción. El Gobierno de Zaragoza ha aprobado someter a información pública el nuevo Plan Municipal de Emergencias que contempla un mapa interactivo para actualizar la información en tiempo real y una clasificación de las amenazas con los riesgos que entrañan cada una para la seguridad de la ciudad.
Este documento guiará la actuación de los servicios municipales ante una emergencia y ya ha sido probado con éxito en la última crecida extraordinaria del pasado mes de diciembre, incluso un año antes en la gestión de la borrasca Filomena. Ahora se abre un plazo de veinte días hábiles para que puedan presentarse alegaciones, antes de su aprobación en pleno.
Este documento, que es obligatorio para las grandes ciudades, ha sido presentado ya a los grupos municipales, y sustituye al anterior, que databa en 2007. El concejal delegado de Bomberos, Alfonso Mendoza, destaca el “excepcional trabajo” realizado por el Servicio contra Incendios, de Salvamento y Protección Civil para modernizar el plan de emergencias, después del intento fallido de 2014, cuando la revisión propuesta no fue avalada por el Gobierno autonómico.
Para evitar esta situación, esta vez, se ha trabajado con los técnicos del Gobierno de Aragón desde el primer momento para adecuar el nuevo plan a la norma autonómica y garantizar su aprobación. Además, a diferencia del anterior, ha sido elaborado por los funcionarios municipales, sin que haya sido externalizado a una asesoría ajena.
Este nuevo plan incorpora todo el conocimiento que los servicios municipales involucrados en una emergencia han ido adquiriendo en los últimos años, atendiendo la necesidad de actualizar el plan, ya que los riesgos y su impacto en la capital aragonesa van cambiando. Precisamente una de las novedades del nuevo plan es que clasifica las amenazas para la ciudad, y lo más importante, el nivel de riesgo que tiene cada una de ellas para la seguridad de los vecinos, así como la respuesta de los servicios de emergencia ante cada uno de los escenarios.
Para ello, y en función del histórico de la ciudad, se ha tenido en cuenta la probabilidad de que ocurra el desastre como las consecuencias del mismo. De esta forma, las avenidas extraordinarias del río son consideradas como principal riesgo, teniendo en cuenta la frecuencia de estos episodios y sus efectos, y por tanto se sitúan en el nivel rojo del semáforo del plan.
En esta clasificación, aparecen otros riesgos naturales, como las lluvias intensas, las olas de fríos, nevadas o las rachas de viento fuerte, que aunque se registran con mucha frecuencia en la capital aragonesa no provocan afecciones importantes, por lo que el riesgo de alerta es medio. En el mismo nivel, se encuentran las borrascas de nieve, no tanto por su periodicidad, que es baja en la capital aragonesa, sino por las grandes afecciones que provocan para la seguridad de los vecinos.
Además de los riesgos naturales, el plan contempla también las amenazas de otra naturaleza como las tecnológicas, como puede ser un accidente de un transporte de mercancías peligrosas, y otros de origen antrópico como puede ser el derrumbamiento de un edificio, incendios urbanos o actos terroristas.
Por otro lado, el nuevo plan se ha adaptado también a las nuevas tecnologías e incorpora un mapa interactivo donde actualizar la información a tiempo real para conocer el estado de la emergencia. Ya se estrenó con éxito en la borrasca de Filomena hace un año y recientemente en la avenida extraordinaria del Ebro del pasado mes de diciembre, lo que permitió trabajar con mucha más antelación y minimizar los daños.
Ordenanza Reguladora del Servicio de Información, Valoración, Diagnóstico y Orientación Social
Por otro lado, el Gobierno de Zaragoza ha aprobado el proyecto de Ordenanza Reguladora del Servicio de Información, Valoración, Diagnóstico y Orientación Social de los centros municipales de servicios sociales.
Por primera vez, Zaragoza aborda el desarrollo reglamentario de este servicio, cumpliendo así con la normativa autonómica. Entre otras cuestiones, el proyecto de Ordenanza regula las funciones que deben ser realizadas por personal propio de los servicios sociales municipales, garantizando la gestión directa y posibilitando apoyos externos en tareas instrumentales de apoyo.
El texto incorpora algunas alegaciones presentadas en el periodo de consulta pública por varias entidades y también por el Instituto Aragonés de Servicios Sociales. Con la aprobación del proyecto por parte del Gobierno, se inicia el periodo de exposición pública durante 30 días y su comunicación a los diferentes grupos políticos para la emisión de votos particulares.