Redacción. El Ayuntamiento de Zaragoza continúa avanzando en la elaboración del Plan de Adaptación al Cambio Climático; el documento estratégico que permitirá a la ciudad estar mejor preparada para hacer frente a las consecuencias del cambio climático.
El área de Medio Ambiente y Sostenibilidad cuenta ya con un segundo borrador del plan fruto del trabajo interno realizado durante los últimos dos meses con los diferentes servicios municipales implicados y otras instituciones clave, como el Gobierno de Aragón o la Universidad de Zaragoza.
Desde finales de mayo se han desarrollado 20 reuniones de trabajo para avanzar en la definición de este plan, analizando qué aspectos de adaptación ya se están realizando, cuáles habría que revisar y qué nuevas medidas son necesarias.
La consejera de Medio Ambiente, Patricia Cavero ha explicado que se trata de ‘anticiparnos a las consecuencias del calor especialmente para reducir su impacto en la economía, el medio ambiente y, sobre todo, en la salud’.
El principal riesgo al que debe adaptarse la ciudad es el calor extremo
El principal riesgo al que debe adaptarse la ciudad es precisamente el calor extremo, con olas cada vez más prolongadas, intensas, frecuentes y precoces como está quedando de manifiesto este verano. Ese calor irá acompañado de periodos cada vez más frecuentes de sequía y de mayor posibilidad de incendios; factores todos ellos que inciden en la salud.
Así lo revela el estudio de riesgos y vulnerabilidades que elaboró el Servicio de Medio Ambiente y Sostenibilidad y la Fundación CIRCE previo al inicio del plan.
Este estudio señala también a las inundaciones como otro de los riesgos más importantes, ya que se prevé que aumenten los episodios de lluvia intensos y en poco tiempo y con ello las crecidas de los ríos. La consecuencia son inundaciones más frecuentes en determinadas zonas de la ciudad, cortes de tráfico, de suministro eléctrico, caída de árboles o desprendimientos de tierras.
Este mes de agosto se va a concluir el proceso interno de elaboración del plan y a lo largo de septiembre se dará paso a la segunda fase: la de participación ciudadana. Se abrirá entonces un proceso a través de la plataforma municipal IdeaZaragoza para recoger las aportaciones de todas las entidades y organizaciones sociales y económicas, instituciones y ciudadanía en general.
Ese proceso irá acompañado de sesiones formativas y un trabajo de campo con itinerarios educativos por la ciudad para que todas las personas interesadas puedan conocer los riesgos, impactos y vulnerabilidades de la crisis climática en nuestro entorno cercano y posibles soluciones.
Con todas esas aportaciones se elaborará el plan definitivo, que estará acabado a finales de año. Su elaboración forma parte de los compromisos adquiridos por el Ayuntamiento de Zaragoza dentro del Pacto europeo de las Alcaldías por el Clima y la Energía.