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El vanguardista Museo La Neomudéjar de Madrid presentará esta brutal exposición en 2024. Pintura, escultura, poesía, instalaciones de vídeo y sonoras formarán parte de una muestra en la que mujeres víctimas de violencia de género, su voz y sus experiencias serán las protagonistas
DE TEMPLO CARCEREM FIERI pretende ser una investigación integral sobre la violencia de género. El pintor lleva varios meses inmerso en la exploración de casos concretos, traduciendo al lenguaje pictórico y escultórico las vivencias de algunas mujeres. Estos trabajos junto a otros que serán el resultado de un proceso grupal de introspección, culminarán en una gran exposición en el Museo La Neomudejar de Madrid. El museo, muy involucrado en la denuncia y sensibilización de las problemáticas contemporáneas y conocedor del carácter de la obra de Fernando Hervás, se comprometió con el proyecto desde el primer momento. En sus paredes acogerá piezas de gran formato, testimonios de las victimas, entrevistas, videos, fotografias y esculturas modeladas con sus propios cuerpos. La exhibición de De Templo Carcerem Fieri está siendo diseñada específicamente para las atrevidas y laberínticas salas de La Neomudejar, sincronizando la dureza de sus muros con la crueldad de las obras.
En el dosier del proyecto Hervás presenta la propuesta con estas palabras: «Creamos voluntariamente fronteras, espacios cerrados para protegernos, pero a veces estas cárceles psicológicas y físicas son impuestas. La violencia recluye al inocente y la violencia de género encierra a la víctima y a su familia en un espacio sin aire, en el que los golpes, la humillación y el fracaso del maltratador condicionan inhumanamente el día a día de sus víctimas».
El miedo a que otras personas frivolicen sobre su sufrimiento o lo hagan público, hace que las víctimas, que no tienen responsabilidad sobre esta violencia, entren en una espiral de culpa y secretismo que hace muy difícil su denuncia y el intento de salir de una situación asfixiante. La culpa y la vergüenza son la niebla que impiden a la persona encontrar una salida, ver realmente el abismo que se ha abierto entre lo que era y en lo que la han convertido, entre su aspiraciones o sueños e idealizaciones de futuro y un muro de realidad presente y continua cada vez más alto y grueso». Esta ha sido la constante entre víctimas de maltrato y prostitución con las que ha trabajado Hervás anteriormente, tanto en adultos como en niños y niñas, y la disipación de esta niebla es el primer objetivo de este proyecto.
Hay personas que viven en dos mundos, uno de relaciones sociales (cada vez más mermadas y forzadas) y otro íntimo, desconocido y silencioso, en el que la posibilidad de expresarse va desapareciendo con la voluntad por agotamiento. Es esta posibilidad de expresarse lo que el artista intentará recuperar en este trabajo, partiendo de la realidad de su concepción de que todas las personas tienen capacidades artísticas y creativas, de que es la voluntad y la rabia a veces, lo que genera y sublima expresiones.
Continuando con las palabras de Hervás: «Expresarse quiere decir buscarnos y encontrarnos primero para luego mostrarnos, enseñarnos sin pudor y valorarnos a nosotros mismos y a nuestro esfuerzo, respetarnos en definitiva. Son la autoestima y la seguridad lo que nos hace iguales a los demás, si perdemos esto somos inferiores y extremadamente vulnerables, desaparece el control de nuestra vida y con ello la vida misma».
«En que día deje de vivir, cómo y por qué. Buscarme y encontrarme, ayudar a otros a buscarse y a encontrase, a contar y a testimoniar, a liberarse e intentar recuperar la vida. Estos son los objetivos finales que se harán comunes en el grupo, recuperar las habilidades sociales y la asertividad, pintando, esculpiendo, escribiendo versos o mezclándolo todo»
La experiencia del pintor en los guetos gitanos de Bulgaria y otros contextos conflictivos le ha llevado a la conclusión de que la sociedad es tremendamente excluyente y lo es frívola y cruelmente y no sirve de nada negarlo o maquillarlo. Cuando ha trabajado con prostitutas ha visto claramente las consecuencias de esto, en ellas y en sus hijos e hijas custodiados en centros, algunos de ellos también prostituidos o socialmente ya destinados ello.
En este proyecto son ellas las protagonistas, las mujeres víctimas de violencia de género, su experiencia, sus palabras llenas de verdad y encerradas en sus gargantas, poemas que quedarán a la vista de todas y todos, como este primero escrito por Hervás:
«Acaricié la escama salada de mi ojo
la lágrima seca y mía
el temblor de mi mano muda
el oscuro calor de mi costado.
Bajó el silencio por mi garganta
como una serpiente entrando en una cuna
creciendo y ahogándome
llenando mi silencio con los trozos de mi boca.
Sólo un hilo de luz bajo la puerta
brillante como mi primer grito
como el filo de un cuchillo.
Solo un hilo de luz bajo la puerta
como una lápida mal cerrada».
Fuente Comunicae