Redacción. La sociedad municipal Zaragoza Deporte, de la mano de ECODES, ha compensado las 51.000 toneladas de CO2 generadas durante el partido de baloncesto España-Macedonia del Norte, que se celebró el pasado 1 de julio en el Pabellón Príncipe Felipe.
Lo ha hecho a través de un proyecto incluido en el Mercado Voluntario de Carbono que busca evitar la deforestación de la Amazonia protegiendo los bosques de Madre de Dios en Perú y apoyando el desarrollo sostenible de productores rurales y comunidades indígenas de la zona.
Más allá de la abultada victoria de la selección española (80-44), el encuentro destaca por ser el primer evento celebrado en el Pabellón Príncipe Felipe que logra la neutralidad en emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), a través de un riguroso proceso de análisis, medición y compensación.
La acción se enmarca en el compromiso de Zaragoza Deporte contra el cambio climático, que se refleja en otras iniciativas como Zaragoza Deporte Sostenible, la plataforma impulsada a través del trabajo colaborativo con la Universidad de Zaragoza y ECODES para que el deporte que se practica y organiza en la capital aragonesa se realice con criterios de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente.
Medición de emisiones directas e indirectas
El primer paso para este hito ha sido el cálculo de la huella de carbono asociada al encuentro. Es decir, las emisiones de gases de efecto invernadero producidas y liberadas a la atmósfera durante la celebración del partido. Para ello, un equipo de la iniciativa Cero CO2, vinculada a ECODES, se desplazó hasta el recinto para recabar los datos necesarios tanto en la fase preparatoria, como durante el propio día del partido.
Para este trabajo, se han tenido en cuenta las emisiones directas (las producidas en el propio pabellón como consecuencia del juego), las indirectas producidas por la generación de la electricidad consumida en las instalaciones del evento, y las derivadas de desplazamientos y otros trabajos como el servicio de catering y bar.
De modo más concreto, se han contemplado las emisiones originadas como consecuencia del consumo eléctrico, de combustible y agua del pabellón; del alojamiento de los equipos de ambas selecciones; del catering de los equipos de ambas selecciones y del servicio de bares a público y palco; de los desplazamientos de los asistentes, de ambas selecciones, de los árbitros, de la Federación Internacional de Baloncesto y de la Federación Española de Baloncesto; y del traslado de material del partido. De todas ellas, las fuentes de emisión más significativas han sido los desplazamientos de los asistentes (61,8%) y el desplazamiento de la selección de Macedonia (22,2%).
Este cálculo, y su posterior compensación, otorga al evento la etiqueta “CeroCO2 CALCULADO + COMPENSADO”.
Medir, reducir y compensar: los tres pasos de la neutralidad
Además de conocer las emisiones asociadas a un evento en concreto, calcular la huella de carbono ayuda a identificar oportunidades de ahorro de costes, a conocer mejor los consumos y, por tanto, a detectar posibles campos de acción para establecer planes de reducción en eventos futuros.
En este sentido, la clave para la descarbonización del planeta está en reducir las emisiones al máximo y demostrar compromisos por parte de la sociedad en su conjunto. Por ello, una vez que se han implementado medidas de reducción o cuando ya no es posible actuar en los procesos previos a la celebración de un evento, entra en juego la compensación de las emisiones que no se han podido evitar emitir.
Esta práctica consiste en la aportación voluntaria de una cantidad económica, proporcional a las toneladas de CO2 generadas, para un proyecto que persigue captar o evitar una cantidad de CO2 equivalente a la generada en la actividad evaluada.
En el caso del partido entre España y Macedonia del Norte, la compensación se ha tramitado a través del mencionado proyecto contra la deforestación de la Amazonia.