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La campaña citrícola en España está a punto de comenzar con la recolección de las primeras mandarinas en Europa, más en concreto la variedad Iwasaki, la más precoz de las cultivadas en Europa y el Hemisferio Norte
La campaña de recolección de cítricos se extenderá desde este 20 de septiembre, con la mencionada variedad, hasta finales de junio con las variedades de naranja más tardías como la Valencia-Late.
La previsiones de cosecha, para esta temporada en España, son algo menores que las campañas precedentes, estimando el Ministerio de agricultura una reducción de aforo cercano al 15 % respecto a la anterior campaña.
Esta campaña se verá marcada por tres factores clave, como son
Una reducción de calibres esperados debido a la falta de lluvias en las zonas productoras durante los meses estivales.
Un aumento generalizado de los costes de producción como fertilizantes y energía. El tratamiento en frío impuesto a las importaciones de naranjas de Sudáfrica para evitar la entrada de plagas a Europa.
Los precios de venta en origen deberían de tender a elevarse por un menor aforo y aumento de costes de producción, aunque existe una gran incógnita al respecto de si los grandes distribuidores harán acopio en sus cámaras frigoríficas de grandes cantidades de naranjas sudafricanas antes del mes de noviembre. Si se diese el caso, los precios en origen volverían a ser bajos al igual que la temporada pasada y no llegarían a cubrir costes de producción.
Respecto a los precios de venta final al consumidor, Naranjas Eco especializada en la venta de naranjas a domicilio desde Valencia, no tiene planeado aumentar los precios finales a consumidores e intentará que los márgenes de beneficio puedan absorber el incremento de costes.
La fruta y la verdura es un producto de primera necesidad igual que leche, pan, huevos, etc. y es una prioridad intentar contener los precios de la cesta básica de compra del consumidor. En caso contrario los alimentos ultraprocesados irán ganando terreno progresivamente a los «alimentos de verdad» cosa que no se pueden permitir ni agricultores ni consumidores, según los responsables de Naranjas Eco.
No obstante, una mayor remuneración en origen será necesaria, quizás las grandes superficies y comercializadoras, deberían de apretarse un poco el cinturón. 3 o 4 céntimos por kilo pueden ser la diferencia entre que la explotación de un agricultor o ganadero sea rentable y le permita invertir en modernización y calidad.
Con diferencias de precios de más de un 600 % entre precios de origen y destino los intermediarios deberían de ser capaces de absorber esos céntimos optimizando su cadena logística y de marketing, sin perder por ello, margen comercial y por ende, permitiendo la continuidad y modernización del sector primario europeo.
Fuente Comunicae