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«Al mundo no le pasará nada si España pierde cuota, a quien le pasará es a España y a los españoles», afirma el copresidente del Grupo Barceló
El copresidente del Grupo Barceló, Simón Pedro Barceló, deplora la agresividad que alimentan ciertos partidos políticos y desde aquellas administraciones que gobiernan contra la actividad turística, lo que atribuye a un «análisis absolutamente erróneo y equivocado» de lo que representa su verdadero impacto en el territorio.
En declaraciones al espacio ‘Territorio Líder’, que produce UDIMA Media, la unidad audiovisual de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, y que dirige y presenta el periodista Graciano Palomo, el directivo del Grupo Barceló subraya la paradoja que supone que «quien no tiene turismo lo quiere», mientras que algunos sectores donde el sector está asentado acota su desarrollo.
En este sentido, advierte que «en el mundo seguirá creciendo la actividad turística y depende de España y de los españoles que en el futuro siga teniendo una cuota de mercado en el sector mundial».
Porque, avisa, «al mundo no le pasará nada si España pierde cuota, a quien le pasará es a España, y si España, en vez de tener 80 millones de turistas fracasa en el futuro y rebaja su participación en este fenómeno internacional, quien lo va a sufrir es España y los españoles».
El augurio que hace Simón Pedro Barceló no puede ser más diáfano, como su lamento por la posición «populista» de partidos y gobierno que ven el turismo un enemigo a batir: «Es absolutamente inconcebible que esté ocurriendo en este país», afirma.
Recuerda que actualmente el turismo en España ocupa a más de un millón de personas, y que, frente a las altas cifras de desempleo que colocan a la cabeza en el entorno como el país con mayor paro, «se trata de un sector que permite la integración laboral de los jóvenes y de colectivos con riesgos de exclusión», porque, , «hay elementos de formación profesional que no necesitan de alta formación» lo que abre muchas posibilidades a personas desempleadas con limitadas aptitudes de cualificación.
En cualquier caso, remacha Barceló, mientras España crece y diversifica en otros sectores, la actividad turística, sin duda, «es una oportunidad extraordinaria para los españoles» entre tanto.
Con carácter general, Simón Pedro Barceló teme que España vive una etapa en la que se está poniendo en tela de juicio el papel de las empresas, «en la que no se recuerda que si existe un sector público es porque hay un sector privado que lo sostiene económicamente, y, por lo tanto, las empresas son objetivo casi a destruir».
Mala cosa, piensa Barceló, sobre todo teniendo en cuenta que en España, como en otros muchos países, las empresas son fundamentalmente familiares, que detrás tienen nombres y apellidos susceptibles de estar en la diana del conflicto sostenido.
«Se trata de criminalizar la actividad de los empresarios, de los jóvenes emprendedores y de las pymes, a pesar de los discursos que se hacen», denuncia.
En este contexto, estima que por delante hay «una labor imprescindible de recuperación del valor de las empresas, puesto que no hay país democrático en el mundo sin empresa privada; no hay país que crezca en protección social y en defensa de los intereses de los más desfavorecidos que aquellos que cuentan con actividad privada».
Por lo tanto, concluye «todos los argumentos son bien conocidos, pero desgraciadamente hay movimientos, que aunque están perdiendo fuelle en el ámbito del populismo, que se han dedicado a desprestigiar y han tenido un cierto caldo de cultivo».
Fuente Comunicae