/COMUNICAE/
Con motivo del 8M, la demarcación de Guadalajara acogió una mesa participativa intergeneracional en la que arquitectas de cada provincia aportaron su experiencia personal y profesional en todas las etapas del ejercicio de su carrera. La moderó Elia Gutiérrez Mozo, quien además presentó NAM (Navegando Arquitecturas de Mujer), una aplicación de descarga gratuita que, desde una perspectiva periférica, visibiliza la obra de las mujeres arquitectas en la primera generación de la democracia
El Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha ha celebrado el Día Internacional de la Mujer con un encuentro en el que se han dado a conocer las obras de la región realizadas por mujeres arquitectas en la primera generación de la democracia española, y en el que también se ha podido escuchar el testimonio de una arquitecta por demarcación provincial del Colegio al respecto de su ejercicio profesional, abordado desde una perspectiva de género y sin obviar las implicaciones personales.
La decana del COACM, Elena Guijarro, primera mujer que ostenta el cargo en la entidad desde su creación, afirmó que, si bien «en nuestra sociedad no hablamos de un problema alarmante, la lucha por la igualdad de género sí lo es en otras culturas, para las que deberíamos ser un espejo». Pese a todo, «hay margen de mejora en la Arquitectura, hasta que llegue el día en que no haya que convocar el 8M», señaló. Por ejemplo, y pese a que en las escuelas de Arquitectura de la región estudian ya más mujeres que hombres, «en materia de colegiación, tenemos una asignatura pendiente», añadió. En Castilla-La Mancha hay 1307 arquitectos colegiados, y, de ellos, solo el 27% son mujeres, «aunque es cierto que en 2018 éramos sólo el 23%». El desglose por provincias arroja el siguiente balance: Cuenca, 34% de mujeres arquitectas colegiadas; Guadalajara, el 32%; Ciudad Real el 27%; Albacete, el 24%; y Toledo el 29%.
El saludo y bienvenida al acto lo dieron dos de las integrantes de la Junta Directiva de la Demarcación de Guadalajara. Patricia García se refirió al origen del 8M, mientras que Encarna recordó, emotivamente, «a las mujeres que se han dedicado en exclusiva a sus familias, garantizando el bienestar y la educación de sus hijos y contribuyendo así, de manera anónima, a todo lo que ha venido después», y puso sobre el tapete «problemas actuales» como la baja natalidad, debida entre otros factores a la dificultad para conciliar, el encarecimiento de la vida y los bajos sueldos, que dificultan el acceso a la vivienda, o la falta de escuelas infantiles, que impiden precisamente la conciliación, cuestiones todas ellas «que debe abordar la clase política».
A continuación, Elia Gutiérrez Mozo, representante del COACM en la Comisión de Género del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) presentó NAM (Navegando Arquitecturas de Mujer), una app que recoge y ubica las obras de arquitectura de mujer estudiadas en el proyecto AICO ‘Miradas Situadas’ (2021-23). DESCARGAR AQUÍ.
En España, los estudios sobre las aportaciones de la perspectiva de género a la arquitectura y al urbanismo son relativamente recientes. En cualquier caso, adolecen de perspectiva periférica, un espacio que cubre este proyecto, ‘Miradas Situadas: Arquitectura de Mujer en España desde Perspectivas Periféricas, 1978-2008’, Proyecto AICO, concedido a grupos de investigación consolidados por la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital de la Generalitat Valenciana (2021-2023).
Además de en artículos y publicaciones especializadas, los resultados de esta investigación se están dando a conocer en un formato abierto y fácilmente accesible que permite su transferencia a la sociedad, precisamente a través de la aplicación interactiva NAM, de descarga gratuita.
NAM actualiza permanentemente sus contenidos. Además, a través de su interacción con las utilidades de Google, geolocaliza, en todo el territorio nacional, las obras que efectivamente en este periodo y de autoría femenina, han producido las mujeres en este país en la primera generación de la democracia.
La app permite seleccionar puntos de interés y, con ellos, generar y guardar rutas personalizadas en función de distintos parámetros de búsqueda, por ejemplo: autoría, tipología de las obras que se desea visitar, cercanía o tiempos empleados en la ruta. Cada obra, además, incluye una ficha accesible desde el móvil consistente en información básica (autora, año de proyecto y realización, superficie, etc.), fotografías, documentación gráfica, bibliografía disponible y otros enlaces o datos de interés, todo con el máximo rigor, «puesto que se trata de divulgar, no de banalizar o vulgarizar la cultura», afirmó Elia.
Los destinatarios de esta app son muy variados, desde profesionales de la arquitectura, a público no experto, como por ejemplo turistas interesados en disfrutar de la experiencia y adquisición de conocimiento en rutas urbanas, rurales y/o circuitos culturales. «NAM también acerca la Arquitectura al gran público en la pretensión de recuperar el cuerpo a cuerpo. Parte esencial de esta profesión es la condición de habitar, y se habita con el cuerpo y con los sentidos. Por eso, hemos querido que este proyecto sea una invitación a ir, a ver, a tocar y a opinar sobre estas obras», señaló.
La app recoge ya 30 obras de mujeres arquitectas en Castilla-La Mancha, 7 en Albacete, 6 en Ciudad Real, 5 en Cuenca, 5 en Guadalajara y 7 en Toledo. «El 8M es un impulso para un proyecto en el que seguimos trabajando. Aunque ya tenemos 30 obras en Castilla-La Mancha, esperamos muchas más. La participación, como siempre digo, está, abierta por obras», afirmó.
Después de la explicación de Elia, tenía lugar una mesa participativa intergeneracional en la que intervinieron arquitectas de todas las demarcaciones provinciales del COACM, compartiendo cada una su experiencia de trabajo, en la que abordaron la evolución de la presencia de la mujer en el mundo de la arquitectura en este mismo periodo (1978-2008). Las participantes han desempeñado o desempeñan en la actualidad, actividades en el ámbito profesional privado, en la docencia y en la administración.
La mesa participativa intergeneracional la moderó también Elia Gutiérrez Mozo (Colegiada en 1992 en Albacete), que, a su vez, representó a aquella demarcación, y contó, además, con la participación de Raquel González de Osuna Rodríguez (Colegiada en 1975 en Ciudad Real), Elena Guijarro Pérez (Colegiada en 1986 en Guadalajara), Rosa del Campo-Cañaveral García (Colegiada en 1993 en Toledo) y Nieves Rolanía Chico (Colegiada en 1998 en Cuenca). En un interesante y emotivo diálogo, se pusieron sobre la mesa diferentes argumentos en diferentes bloques temáticos que fue introduciendo Gutiérrez Mozo.
Raquel Osuna, la más veterana, explicó cómo salió adelante después de la prematura muerte en accidente de tráfico de su marido, también arquitecto, y cómo superó, con tesón y trabajo infinitos, las dificultades que le supuso el ejercicio de una profesión entonces mayoritariamente masculina. Raquel comentó que sigue usando, para definir su profesión, el sustantivo arquitecto, en masculino. «Arquitecta, me suena raro, quizá por mi generación», afirmó. Sin embargo, Rosa, explicó en la tertulia cómo, partiendo de esa misma sensación, ha llegado a definirse como «arquitecta». Tan es así, que ahora, «si lo veo en masculino, lo cambio, aunque sea con un bolígrafo». Rosa incidió, además, en las tremendas dificultades que tuvo que atravesar en sus primeros años en el ejercicio de la Arquitectura. Mora (Toledo), el pueblo al que ella, su marido y tres niños pequeños, se mudó en sus primeros años en el ejercicio de la profesión, «no tenía escuela infantil para bebés menores de un año, algo que afortunadamente conseguimos cambiar». Rosa también se refirió al urbanismo y a los apuros que, «con un carrito de gemelos y otro niño, nos planteaban unas calles sin apenas aceras».
Elia Gutiérrez, además de moderar la tertulia, aportó interesantísimas reflexiones al debate, como por ejemplo su «necesidad de volver a trabajar después de la maternidad, que nunca he querido ocultar», o que, pese a que la paridad entre hombres y mujeres se alcanzó en las escuelas de arquitectura en el año2007, «no ocurre lo mismo con el profesorado, aun mayoritariamente masculino». Por su parte, la decana, Elena Guijarro, afirmó no haber sufrido nunca discriminación alguna ni en la escuela, ni posteriormente en el ejercicio de la profesión por su condición de mujer, pero sí se refirió a los problemas que tuvo para conciliar. «A veces, no tenía más remedio que llevarme a mis hijos a trabajar. Se venían conmigo a las tasaciones», recordaba, al tiempo que señalaba, con gracia, que también ahora «los arquitectos también saben, afortunadamente, cual es la perfecta distribución de las cocinas». Rosa si refirió algún episodio machista en la etapa universitaria de un conocido profesor de Arquitectura, «de cuyo nombre no vamos a acordarnos más», puntualizó Elia. Nieves Rolanía relató que apenas ha vivido episodios machistas, «contados con los dedos de una mano», matizó, quizá también porque «no puedes elegir a los profesores, pero sí a tus compañeros», recordó el esfuerzo que supuso para ella terminar la carrera y mostró un cariño infinito por una profesión «que me abrió los ojos a un nuevo mundo, como por ejemplo al arte».
El presidente de la demarcación de Guadalajara, José Antonio Herce, recordó en la despedida del acto, que «el toque periférico de Guadalajara, también vende», y añadió interesantes perspectivas sobre mujer y arquitectura, recordando no solo la figura de la mujer arquitecta, sino también de la mujer «encargante» de proyectos, la mujer usuaria de arquitectura, o destacando el papel relevante que, en las instituciones, tienen las mujeres arquitectas en la provincia de Guadalajara. Pero, sobre todo, Herce calificó de «patético» que la sociedad en general, y la administración en particular, valoren exageradamente aspectos como las reducciones de plazos, las bajas alarmantes o el fraccionamiento de los encargos «que banalizan la arquitectura, obligan a jornadas de trabajo excesivas e impiden la conciliación».
Cerró el acto la decana, Elena Guijarro, con su reconocimiento a Elia Gutiérrez, a quien dio las gracias por su labor, en el COACM y en el CSCAE, a la generosidad y capacidad de organización de la demarcación de Guadalajara, y, recordó que el fin último de estas celebraciones debería ser su cancelación, «cuando llegue el día en que no sean necesarias». Guijarro habló sobre lo que queda por hacer en materia de igualdad de oportunidades, y también abordó un aspecto interesante, como es el de que «las familias deben alcanzar sus propios acuerdos para repartir las tareas domésticas y conciliar». Y, por último, se congratuló de que se esté rompiendo el techo de cristal. «Yo fui la primera presidenta de la demarcación de Guadalajara del COACM, la primera decana del Colegio, tenemos 7 de 18 consejeras en el CSCAE, que por primera vez preside una mujer, Marta Val Llosera. El consejo europeo, igualmente, lo preside una mujer, Ruth Schagemann. Queda mucho por hacer, pero vamos haciendo», terminó.
Fuente Comunicae