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El proyecto proponía una redistribución de los usos, valorando los espacios de trabajo individual, con necesidad de intimidad, y al mismo tiempo los colectivos y colaborativos. Elena Espuela es una arquitecta toledana, colegiada en el COACM, mientras que Emilio Pemjean, también arquitecto, es madrileño. El accésit estaba dotado con premio económico. Andreu World, Legrand Group, Pladur, Porcelanosa, ROCA y Vaillant Saunier Duval son las entidades patrocinadoras del concurso
El Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) convocó el concurso de proyectos para la renovación integral de su sede, situada en el número 12 del Paseo de la Castellana, en Madrid, el pasado mes de diciembre.
El certamen ha contado con la intervención de jurado y se ha desarrollado en dos fases. Concurrieron 49 propuestas y, acto seguido, se constituyó el jurado. En la primera fase del concurso, se seleccionaron los tres mejores proyectos de acuerdo con los objetivos planteados en las bases y, en la segunda, se invitó a sus autores a la sede del CSCAE para defenderlos. El proyecto de Elena Espuela, arquitecta toledana, colegiada en la capital castellano-manchega, y de Emilio Pemjean, arquitecto madrileño y profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, se hizo con el primer accésit, o segundo premio, que contaba con dotación económica. «Emilio y yo, formamos un buen equipo. Nos entendemos», señala Elena Espuela, puesto que no es el primer concurso en el que compiten juntos. Para exponer su proyecto, el dúo se sirvió de una maqueta parcial.
La sede del CSCAE se encuentra en un edificio histórico del Barrio de Salamanca, entre el paseo de la Castellana y la calle de Ayala, en un piso que hace chaflán. Como todas las viviendas en los edificios de la época, tiene una gran superficie, de más de 200 m², y techos altos. El Consejo va a reducir el espacio de su sede a la mitad, liberándose del alquiler de un segundo piso en el que extiende sede en la actualidad, de manera que el primer reto fue el de «reducir el espacio a la mitad, pero manteniendo el programa», señala Elena.
Así, frente a la fragmentación espacial actual y a la desordenada distribución en planta y de los distintos alzados interiores, con huecos de tamaños y situaciones diversos y sin orden, Elena y Emilio planteaban la unificación y puesta en valor espacial de la propuesta a partir de varias estrategias.
El proyecto propone una redistribución de los usos, valorando los espacios de trabajo individual, con necesidad de intimidad, y al mismo tiempo los colectivos y colaborativos. «Basamos nuestra propuesta en abrir el espacio, con ámbitos facilitasen la relación entre los distintos departamentos del CSCAE», sigue Elena, en contraposición a la distribución actual de la sede, «que responde a los criterios tradicionales de las oficinas, con tabiques que separan las distintas áreas, y puertas convencionales».
La propuesta que logró el primer accésit se organiza en torno al muro de carga central existente para transformarlo en un muro equipado, quitarle el carácter de separador y convertirlo en un elemento de conexión. Como espacio de almacenaje, iluminación, archivo y distribución de las instalaciones, conecta los dos espacios de trabajo laterales principales: la banda interior, situada junto a los muros de los patios y la banda abierta hacia la Calle Ayala y Paseo de la Castellana de las fachadas exteriores.
Es en esta banda donde se reúne el pleno del CSCAE, de 21 consejeros, y que, por lo tanto, necesita un espacio y una mesa de trabajo enorme. En ella deben tener cabida, además, otros profesionales, como los juristas o periodistas que trabajan con el Consejo.
La propuesta incluyó el amueblamiento unificado a partir de la utilización de mobiliario de diseño específico para este proyecto junto a piezas, en lo posible, diseñadas por arquitectos españoles, (mesa y sillón de Fisac, sillones de la fábrica Darro y Artema, etc), en un intento por hacer visible el legado de los arquitectos españoles en un espacio que, de alguna manera, los representa. Esa gran mesa no es fija. «El programa solicitaba ideas para que ese espacio pudiera albergar otras actividades. Por eso planteábamos unas mesas, construidas con perfiles de acero de sección UPN, con ruedas y por lo tanto móviles y con capacidad para ser reconfiguradas en su disposición», sigue Espuela.
El muro de lamas, como un biombo o una cinta continua de madera, unifica el espacio, oculta las discontinuidades del cerramiento existente y construye un nuevo límite. La estructura de lamas de madera, con un bastidor metálico perimetral oculta los desordenados huecos de las fachadas interiores y unifica los alzados de los espacios de trabajo y vestíbulo de acceso principal. En el espacio entre las lamas y los muros existentes se ocultan la iluminación lineal y los espacios de almacenamiento en la zona inferior.
Para dar una respuesta a los espacios más íntimos, el proyecto definía una pieza, una caja, para albergar la zona de trabajo del director general o de la secretaría, «diseñadas con paneles móviles, para que se pudieran compartimentar». En la zona de servicio, se mantienen el almacén, un baño adaptado y un pequeño office, para facilitar la logística de los catering que se contratan en determinados eventos.
El equipo ganador del concurso para la reforma integral de la sede del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos (CSCAE) es MID estudio / arquitectura y paisaje, integrado por los arquitectos Maier Vélez Olabarria y David Serrano Amatriain. La propuesta de este estudio, con sede en Pamplona, ha merecido el reconocimiento del Jurado por «acomodarse a la lógica constructiva del inmueble», preservando la identidad de la institución, y por ofrecer un concepto de oficina amable, versátil y funcional, que «reconfigura el espacio de trabajo interno con el fin de crear un ambiente de equipo único, evitando las fragmentaciones y creando un espacio sosegado, bien iluminado y articulado». Además, se ha valorado que, en un momento de emergencia climática, apuesta por los valores inherentes a la arquitectura para reducir las necesidades energéticas del inmueble y hacerlo más eficiente y sostenible a corto, medio y largo plazo, priorizando las acciones pasivas en la rehabilitación.
La decana del COACM, Elena Guijarro, estuvo presente en el acto de entrega de los premios celebrado hace unos días en la propia sede del Consejo en Madrid. «Este segundo premio, obtenido por nuestra colegiada, Elena Espuela, y por Emilio Pemjean, es una nueva muestra de la calidad del trabajo de los profesionales castellano-manchegos y la pujanza de los arquitectos jóvenes», asegura la decana.
El Jurado estuvo formado por la presidenta del CSCAE, Marta Vall-llossera Ferran; los decanos de los Colegios de Arquitectos de Asturias y Ceuta, Miguel Casariego Rozas y José Daniel Moya Enríquez, como consejeros de mayor y menor edad del pleno del CSCAE, respectivamente; el secretario general del CSCAE, Laureano Matas Trenas, y los arquitectos Elisa Valero Ramos y Gabriel Allende Gil de Biedma, a propuesta de la Comisión de Premios y Distinciones del CSCAE.
El concurso para la reforma integral de la sede del CSCAE cuenta con el patrocinio de Andreu World, Legrand Group, Pladur, Porcelanosa, ROCA y Vaillant Saunier Duval.
Fuente Comunicae