Marta Plano. / Juan Giner nació en Cádiz, aunque sus primeros recuerdos sean de Zaragoza. Llegó a la ciudad con tan solo un año y de manera casi casual se topó con la música. Su primer teclado era de juguete, pero poco a poco el juguete se transformó en una gran afición. Hoy es teclista en la Banda de Rock FM, grupo de la emisora que recorre el país animando las ciudades a ritmo de rock rindiendo tributo a los más grandes de este género.
– ¿Qué canción recomendarías a los lectores que escuchen de fondo mientras leen esta entrevista?
Es complicado, pero yo tengo especial predilección por Baba O’Riley, de The Who. Te pone mucho las pilas.
– ¿Cómo te formaste para trabajar como teclista?
Yo empecé de crío. Me regalaron un teclado del famoso ‘Casio’ cuando iba a primero de E.G.B. Así empecé a darle vueltas por curiosidad y porque tenía un botón que hacía sonar música y podías hacer como que tocabas, era divertido. Pero en cuarto de E.G.B empecé ya más en serio. Mis padres me compraron un teclado ya un poquito más grande y ahí empecé a estudiar.
Pero nunca pasé por conservatorio. Yo iba a academias. Estuve en la academia Cánovas una temporada…. Y realmente nunca quise dedicarme a esto profesionalmente porque nunca pensé que tuviera salida. Cuando ya acabé los estudios y C.O.U no quise estudiar ninguna carrera y tuve que ir a la mili. Hasta que no salí del Ejército, me puse a buscar trabajo y vi un anuncio de ‘se busca teclista para una orquesta de verbena’ ni me lo planteé.
Luego empecé a grabar en casa con los colegas. Teníamos algún grupete y nos lo pasábamos bien, pero no me veía encima de un escenario. Imagínate, yo que soy muy tímido delante de tanta gente… me daba mucha vergüenza. De hecho, la primera vez que me subí a un escenario fue delante de unas 500 personas, y me quedé en blanco en un tema en el que estaba muy nervioso. Pero bueno poco a poco fui mejorando, también estudié un poquito, y así fui subiendo de escalafón.
– ¿Siempre has sido rockero?
Claro que sí. Sí, serlo sí. Yo hasta por lo menos el 2004 no estaba tocando este tipo de repertorio, era más de tipo orquesta, pasos dobles y todo esto. Pero hacia 2004 pude meter mano a este repertorio rockero y ya he dejado lo otro atrás. Pero serlo siempre he sido rockero.
– ¿Cómo surgió trabajar en la banda de Rock FM?
Fue por boca a boca. Este mundo es así, vas haciendo una banda por aquí, otra por el otro lado, versiones, tributos, coincides con varios músicos, hasta que conoces a alguien que conoce ‘a’. Hubo alguien que dijo que necesitaban a un teclista pero no un teclista estándar, sino alguien que meta también background, fondos, samples, etc. Contactaron conmigo a través de otra persona y me preguntaron si todo esto lo manejaba, dije que sí y respondieron que ‘para dentro’.
– ¿Qué supone para ti ser miembro de esta banda?
Pues un orgullo, un honor. Cuando la banda es buena y hay una buena conjunción el subidón es brutal, y aquí la gente es bestial. Carlos el batería es brutal, hace dos compases y ya te dan ganas de bailar. También Javi, el bajista, que cada bolo que hace es mágico, es el mejor.
– Ese subidón que mencionas y que también lo siente el público en vuestros conciertos, ¿es algo a lo que os llegáis a acostumbrar?
Acostumbrar no. De hecho cuando no hay ese feeling te vienes un poquito abajo. Es como cuando fuimos a Zaragoza, cuanto más se anima la gente más damos nosotros. Si por el contrario tocas uno, dos o tres temas fuertes y ves que no conectas con la peña… te bajas un poco. Pero cuando conectas y te vienes arriba es lo mejor. Les miras, pones caras, poses, haces tonterías.
– En vuestros conciertos se crea un ambiente rockero único. ¿cuál es la clave para lograr este efecto?
La clave para empezar es que tocamos temazos. El mérito no es nuestro. Si tocamos lo mejor de Led Zeppelin el mérito es de ellos, que hicieron temazos. Lo mismo si tocamos temas de Pink Floyd, el mérito es de Pink Floyd, lo que pasa es que obviamente luego hay que interpretarlos, y también depende de otras cosas como de la calidad del sonido.
Nosotros hemos interpretado temas de los que avivan a la gente, pero quizás de Pink Floyd pondríamos otro, de The Beatles hubiéramos hecho otro, porque musicalmente nos gustan más otros temas que no son tan de fiesta. Pero entendemos que la gente se vuelve loca con ‘Living on a prayer’ de Bon Jovi, aunque Bon Jovi tiene muchos otros temas. Pero en un concierto lo que quieres es que todo el mundo esté con las manos arriba.
– ¿Qué tiene de cierto y qué tiene de mito la vida del rockero?
Eso es muy amplio. Yo conozco peña que se ha echado a perder y conozco gente que es lo más normal del mundo, que se levanta a las 8 de la mañana y se acuesta a las 10 de la noche. Hay de todo. Yo una vez leí en una entrevista a Robin Williams que ‘la cocaína es el método que tiene dios para decirte que tienes demasiado dinero’. Entonces no sé, si estás a un nivel Rolling o de este estilo igual es más fácil que acabes así. Pero desde luego hay de todo, claro que sí. Hay gente que se echa a perder y gente que no.
– ACDC dice aquello de It’s a long way to the top (if you wanna Rock ‘N’ Roll) (hay un largo camino para llegar a lo más alto del Rock ‘N’ Roll), ¿compartes esta idea?
Si eres un ‘currela’ por supuesto que es un largo camino. Incluso si vas grano a grano puedes no comerte nada, pasarte toda la vida tocando lo que te guste pero comerte los mocos. Luego puedes tener suerte, como Hannah Montana que los cogen desde niños con una gran maquinaria detrás y hagan lo que hagan les van a hacer famosos. Pero en general sí que es un largo camino, o infinito.
Sin ir más lejos hay mucho rock de encargo que está vendiendo millones de discos y hay mucho rock que se deja los huevos e intenta hacerlo lo mejor posible y se come los mocos. Es todo muy relativo. Luego vas por los garitos y ves bandazas y piensas “pero esta gente… yo estoy a años luz de esta peña”, y van haciendo lo que pueden por bares, y no te lo explicas.
– Los grandes éxitos del rock que nunca pasarán de moda pertenecen principalmente a la época entre los 60 y los 90. ¿Crees que fue una etapa musical irrepetible?
Totalmente. Nunca va a haber otro Pink Floyd, otro Led Zeppelin… Por supuesto que nunca va a haber otro The Beatles. Igual que yo he copiado, que no plagiado, todo el mundo copia. El estilo se desarrolla, pero bueno. Poco a poco lo que va saliendo es más moderno, la calidad del sonido es distinta, la producción del audio es diferente, pero yo creo que estos fenómenos no van a volver a repetirse.
Además pienso que si se hiciera ahora no tendría tanto éxito porque en esa época fue una revolución. La clave en la primera etapa fue la producción, pasar de un estilo más light y folclore y descubrir el Rock ‘N’ Roll y cuando empezó todo aquello con la aparición del señor Elvis, de The Beatles y muchos otros fue una locura. Ahora pues ya está, y de hecho si sale algo parecido se dice ‘Ala mira como The Beatles’, en vez de decir ‘¡Ostia, como The Beatles!’.
La época ahora es distinta. Es como ocurre si te pones a hacer ópera, no es lo mismo que lo que había antes, aunque sean brutales la gente ya no se lo toma igual, se queda con lo de antes.
– ¿Zaragoza es una ciudad de rock?
Los últimos cinco años he estado en Valencia y en Madrid, por lo que últimamente no he estado en Zaragoza. Pero recuerdo tiempos que sí que era de rock. Me acuerdo de que en la época antes de que cambiaran la zona de los bares había mucho garito, mucha noche y mucho rock. Ahora la verdad es que no lo sé porque si voy a Zaragoza es para ver a la familia, pero en sus tiempos salías un miércoles o un jueves y tenías rock hasta las cinco de la mañana.
– ¿Algún grupo o rockero en especial de la tierra?
Héroes del silencio, Tako, Berzas, también Ixo Rai!, que era una banda que tenía musicazos con unos pedazo de maquinones…
– ¿Quién es tu referencia como teclista?
Jordan Rute de Dream Theater y también Derek Ceridian. Antes cuando estaba solo en casa me los escuchaba y los emulaba, aunque ahora hago cosas distintas. Me gusta mezclar estilos, incluso con orquestas sinfónicas, aunque esto se salga del trabajo típico del teclista.
– ¿Qué canción es la que supone mayor reto o complejidad desde el punto de vista de los teclados?
En general ‘Octavarium’, el álbum de Dream Theater es todo un reto. Jordan Rute también hace virguerías. Pero la verdad es que ahora tengo una lesión en el dedo corazón de la mano derecha y hay veces que lo más sencillo me parece complicadísimo porque no lo puedo usar. Donde iba el corazón ahora va el anular, y pensar en una décima de segundo cómo tocar una tecla es difícil.
– ¿Tu canción o grupo coincide con la que has recomendado para escuchar de fondo?
Me gusta mucho U2, no por la letra sino por las cosas que trascurrieron mientras sacaron algunas de sus canciones. También Pink Floyd.
– ¿Qué buena noticia nos puedes dar?
Haber cerrado toda la temporada de invierno en el Gran Teatro Ruedo Las Ventas de Madrid, con la All Star Band.