Cristina Pérez. / Pocos artistas tan multidisciplinares conocemos en nuestra tierra: pintor, diseñador, ilustrador, performer y presentador son sólo algunas de sus variadas facetas. Se trata de Sergio Muro, un zaragozano que está, además, al frente de la plataforma Artix, un punto de encuentro digital que funciona como espacio creativo de gestión cultural, otra de las dedicaciones de este artista maño.
Se ha movido por distintos lugares del mundo, entre los que se encuentran Estados Unidos, Noruega, Dublín o Londres y ha conseguido captar, en cada uno de ellos, una pequeña esencia que se ha traído consigo a Zaragoza para plasmar en todos sus ámbitos artísticos. Orgulloso de volver a exponer en su ciudad natal, Sergio Muro tiene distintos proyectos en mente, entre los que se encuentra sacar adelante la edición de 2015 del festival de performance ‘Out of Mind’ que él mismo creó hace ya cinco años.
Zaragoza Buenas Noticias ha entrevistado a este polifacético artista para repasar toda su trayectoria, hablar sobre la cultura en nuestra ciudad y conocer su visión sobre distintos aspectos de la vida.
-Eres un artista multidisciplinar. ¿Te sientes más a gusto en alguna de todas las facetas que trabajas?
-No, yo me considero creador y una persona con inquietudes. Cada faceta que tengo me enriquece la otra y van en paralelo, no las puedo distinguir, porque además no me levanto diciendo: ‘Hoy voy a ser atleta’; o: ‘Hoy voy a ser actor’. Te levantas, vas con los proyectos que tienes y los vas compaginando.
-Compaginas todo esto con el atletismo ¿no?
-Sí, compito y además entreno a gente en la Escuela de Zaragoza de Atletismo. Entreno a ‘jabatos’ y ‘jabatas’, como yo les llamo, porque son los papás y mamás que llevan a los niños a la Escuela de Atletismo y, en vez de estar en la grada esperando a que acaben sus hijos de entrenar, han formado un grupo, entrenan, hay una motivación súper especial y hay una armonía muy bonita. El deporte realmente te aporta un equilibrio, un desarrollo personal y un bienestar, igual que el arte y la cultura. Por eso creo que estos ámbitos deberían ir siempre muy de la mano y sin embargo suelen estar separados.
-Uno de los ámbitos en los que trabajas que quizás menos conozca la sociedad es el performance. ¿En qué consiste esta disciplina?
-Precisamente ahora llevo una especie de show que acabamos de estrenar en el Teatro de las Esquinas que se denomina ‘La historia de la performance’, que nace hace 100 años en el Cabaret Voltaire de Zurich. En un principio eran eventos totalmente lúdicos donde el azar y el juego eran muy importantes, pero en los años 70 surgió la palabra ‘performance’, que significa ‘hacer algo delante del público’. Ahora hay mucha controversia porque, según esta definición, cualquier cosa puede ser un performance ya que cualquier cosa se hace delante del público. En los años 70 el mercado del arte se había convertido en una especulación, como una empresa inmobiliaria, y surgió esta disciplina en crítica de esta situación. De esta forma, para quitar esos intermediarios, el propio artista se presenta como una pieza de arte. Principalmente es que el artista es arte vivo.
-¿Lo común es hacerlo en la calle?
Normalmente en el teatro no es lo usual. Lo normal es hacerlo en la calle, porque además el viandante que va andando por la calle no se lo espera y puede ser partícipe de la idea que propone el artista. Por eso creemos que es interesante romper esas barreras de llevar el performance al teatro y que personas que no están habituadas a ver este tipo de arte lo puedan asimilar dentro en una sala teatral.
-¿Cómo reaccionan los zaragozanos ante un espectáculo de performance en la calle?
-Puedes ver reacciones de todo tipo: unas gratas, otras de disconformidad… Pero precisamente el performance lo que busca es no dejar indiferente a nadie y que seamos la conciencia de la ciudadanía. Que la gente despierte del letargo, que reflexione, para bien y para mal, pero por lo menos que les removamos un poco la conciencia.
-¿Lleva implícita una corriente crítica?
-Muchos de los registros sí pero depende del estilo de cada artista. Puede haber performance de introspección, poéticos, experimentales, ‘happeining’, donde realmente interactúan con el publico; puede haber critica social y política potente y es algo que estamos viendo más recientemente porque yo creo que la coyuntura actual sí que requiere de artistas que se comprometan un poco más para que reaccionemos todos.
-También eres gestor cultural y de ti surgió el festival ‘Out of Mind’. ¿Tendremos Out of Mind en este 2015?
-Estamos en la situación de solicitar las ayudas pertinentes en Zaragoza Cultural y esperamos que sí porque es un evento dentro de la agenda cultural muy esperado y tenemos un soporte de mucho público que acude y empresas que nos patrocinan. Además, en agosto rellenamos ese hueco cultural en Zaragoza. Nos encantaría tener esa continuidad porque sería la quinta edición y ya somos conocidos en el panorama nacional.
-¿Cómo valoras la situación del arte en Zaragoza?
-El arte en Zaragoza no lo puedo valorar. Lo que puedo valorar es que hay artistas de muchísimo talento. Hay gente muy interesante y eso precisamente surge porque esta ciudad es muy complicada. Los que realmente son buenos lo son porque han tenido resiliencia de aguantar los obstáculos que esta ciudad, tanto institucionalmente como a nivel, incluso, de empresas privadas, te van poniendo. Los que verdaderamente valen se ponen en la palestra, no solo a nivel territorial, sino que salen fuera y son todos bastante buenos. Podemos ver miles de ejemplos, los ‘oregoneses’ ahora están triunfando en los teatros de Madrid, José Luis Rabanaque también con Dakota… Al final los que valen tienen una doble energía porque Zaragoza es una ciudad dura.
-¿Lo positivo de nuestra ciudad?
-El lado bueno de la moneda de lo que comentamos es que los que salen realmente son muy buenos y Zaragoza es una tierra que produce mucho talento. Tenemos antecesores muy ilustres como Goya o Buñuel y seguimos con esa tendencia.
-¿Y lo mejorable?
-El apoyo a la cultura y al arte tendría que ser mucho más diversificado, mucho más abierto. Zaragoza todavía está anquilosada en ciertos convencionalismos. Tendría que estar más abierta, como otras ciudades europeas, a proyectos diferentes que cambien la mirada del espectador. Que haya un abanico más amplio de arte y que no solamente nos podamos deleitar con Isabel Guerra y sus magnificas pinturas, sino que existen otro tipo de artes que no solamente tienen que transmitirnos la belleza sino hacernos reflexionar y, como ciudadanos críticos, avanzar.
-Estás al frente de Artix, la plataforma a través de la cual gestionas exposiciones, muestras… ¿Cuál es el criterio a la hora de elegir lo que tiene cabida dentro de Artix?
-Ahora estoy muy ilusionado porque Artix cumple 10 años. En 2005 se creó como galería de arte en la Madalena y, después, Juan y yo hemos ido diversificando nuestras actividades y llevando a diferentes entornos todo lo que hacemos: exposiciones, talleres, festivales, eventos… Normalmente es una fusión de ideas entre los dos. Ahora estamos muy entusiasmados por generar una residencia de artistas en Zaragoza, que no existe ninguna. Son proyectos que surgen en nuestras cabezas y que requieren mucho de investigación, documentación, viajar, moverse… Vamos seleccionando artistas de nuestro entorno que vamos conociendo, que nos llegan, nos enriquecen y que realmente sabemos que vamos a ofrecer lo que buscamos: un valor añadido y calidad. Si ya está hecho o ya está presente alrededor no tiene cabida en Artix. Nuestra tendencia es dar oportunidades a artistas emergentes o gente más alternativa que, a lo mejor, en otros circuitos no podrían tener cabida.
-Ahora la Madalena ha resurgido, hay mucha vida, muchos mercadillos…¿Se trata de una moda o de una evolución que tenía que llegar antes o después a Zaragoza?
-Tenía que surgir. Afortunadamente nosotros pusimos un granito de arena porque Artix, junto con un equipo multidisciplinar, ganó un concurso de ideas para transformar el Casco Histórico a través de la cultura paralelamente a la candidatura del 2016. Nuestra apuesta principalmente era que se tenían que abaratar los locales tanto de Las Armas como de San Agustín y la Madalena para que todo ese talento creativo de emprendedores, jóvenes y no tan jóvenes, pudieran tener su espacio y regenerar toda esa zona. Queríamos que fuese un atractivo no solo para la ciudad, sino también para el turismo.
-Fuiste uno de los encargados de llevar el Pabellón del Arte en la Expo 2008. ¿Los visitantes pudieron disfrutar de todo el arte que ofrecía Zaragoza?
-Yo lo que sí que intuí en esa experiencia, que para mí fue clave, es que hubo un punto de inflexión en la ciudad de Zaragoza. Yo creo que la Expo ha sido clave aunque haya pros y contras y pueda haber alguna controversia porque todo el mundo tiene sus puntos de vista. Pero ha sido clave para que los zaragozanos y zaragozanos crean que tenemos mucho que ofrecer al exterior. Tenemos un patrimonio cultural, histórico artístico y natural inmejorable con el que podemos competir, entre comillas, con cualquier comunidad, a nivel europeo. Tenemos cosas que son únicas en el mundo, como por ejemplo, el mudéjar. Lo que pasa que a partir de ese punto de inflexión hay que darle continuidad a las cosas y yo creo que falta un poco de empuje y de que haya líderes, ya sean institucionales, ciudadanos o en diferentes entidades, que crean que esta ciudad puede ser una ventana abierta al mundo.
-¿Qué opinión tienes sobre la oferta cultural de Zaragoza?
-Es acorde a la población. Se han abierto nuevos espacios que han dado mayor cronograma de actividades, como el CaixaForum. Hay que mencionar que el Centro de Historias es un referente, un polo de atracción, no solo en la Madalena sino en la ciudad, por la programación que hace. Creo que está supliendo lo que tendría que hacer el Pablo Serrano que debería ser un referente de arte contemporáneo y todavía no ha despegado. Habría que hacer arte contemporáneo y están poniendo arte del siglo XX. Tendría que ser, en mi opinión, un atractivo impresionante que generara que otras personas vinieran a Zaragoza expresamente a ver una exposición porque supieran que, si no, no iban a poder verla en otro lugar.
-¿Estamos los zaragozanos preparados para este tipo de arte alternativo?
-A nivel general creo que todavía se mantiene el poso de tanta tradición y conservadurismo que ha habido en la mentalidad del espectador hasta ahora, pero paralelamente están surgiendo circuitos alternativos como la red de teatros de microteatro, exposiciones o espacios expositivos de gente que se mueve en La Madalena, Las Armas, etc. Hay muchas más cosas de las que pensamos y lo que quizás faltaría sería un directorio, una revista o una web donde se vea realmente la gran cantidad de actividades que se hacen en la ciudad y que hay días que incluso tendrías que dividirte.
-¿Tienes especial cariño a alguna de todas las cosas que has hecho o en las que has participado?
-Normalmente todos los retos que me he ido proponiendo y que he cumplido me han servido para evolucionar como artista y como persona. Estoy muy contento de que me hayan dado una oportunidad, porque aquí las galerías de arte, por lo menos para mí, estaban un poco herméticas o endogámicas y no me habían expuesto. Ahora en Bantierra me han dado la oportunidad de exponer un proyecto que finalizó hace un par de días, bastante controvertido y comprometido, porque era una crítica al imperialismo americano. Estoy muy ilusionado de haber podido volver a exponer en mi ciudad. Quieras o no, aunque haya vivido en el extranjero, al final si vuelves a tu territorio lo que quieres es poder realizar los proyectos en tu espacio vital.
-¿Alguna de tus estancias en el extranjero te ha aportado algo especial que hayas podido traer a Zaragoza?
-Todo te cambia la mirada. Tuve una beca en Estados Unidos y en Noruega y todo te aporta una mirada nueva, fresca, te regenera y revitaliza para poder, sobre todo, afrontar los proyectos o cambiar de percepción. La estancia en Londres fue la más larga y quizás la que más me marcó. Vivía en el barrio artístico por antonomasia, donde decían que había más artistas por metro cuadrado en el mundo. El entorno donde te mueves también te inspira mucho.
-¿Cuáles son entonces tus próximos proyectos?
-Hicimos el estreno de ‘La historia de la Performance’ y ahora estamos preparando la gira a nivel nacional e incluso internacional. Estamos intentando moverlo con programadores y enviando la información a teatros. Eso por un lado. Por otro lado, voy a hacer un proyecto en el Centro de Historias en el mes de agosto que creo que puede tener también cierto calado o trascendencia porque yo voy a ser una pieza artística viva dentro del museo. Voy a estar en horario de apertura del museo como si fuera un trabajador más pero mi función va a ser crear y generar arte con los objetos o aportaciones que me traigan los propios espectadores. Lo importante en este proyecto es el proceso creativo. También está pendiente, como ya he comentado, el festival ‘Out of Mind’, que sería también en agosto, en el último fin de semana, aunque hasta que no sepamos si hay presupuesto o no, no podemos afirmarlo.
-¿Compartes con nuestros lectores una buena noticia?
-Parece que hay un despertar del letargo de la ciudadanía y, eliminando los designios políticos de cada uno, por lo menos ha habido una reacción que se necesitaba y que era clave para que los ciudadanos y ciudadanas vuelvan a retomar de nuevo el pensamiento crítico y sepamos que entre todos tenemos que solventar esta situación porque ya vemos que hay personas o lideres políticos que no saben y no quieren por las trabas económicas o lobbies que hay detrás. Igual esto es un acicate para que todos reaccionemos de manera positiva.