ZBN.Diego Medina Ruiz.
Orígenes
De igual manera que el castellano, el francés, el portugués o el catalán, el Aragonés es una lengua romance, esto es, deriva del latín vulgar con las particularidades marcadas por la procedencia de los pobladores romanos que se establecieron en la zona. A esto hay que añadirle rasgos del idioma de las gentes que ya vivían en el lugar y en el caso del Aragonés tenemos un sustrato indoeuropeo importante.
Nace, como el resto de las lenguas romances peninsulares, en torno al siglo VII en los valles pirenaicos y las tierras al norte del Ebro. En el siglo VIII ya está consolidado en los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza. Paralelamente, en el valle del Ebro tenemos el Mozárabe, lengua romance que hablaban los habitantes cristianos en territorio musulmán y escrita en grafía árabe y/o hebrea.
Expansión
Conforme los reinos cristianos iban extendiéndose hacía el sur, ganado territorios a los musulmanes, gente del norte repoblaba las extremaduras y entre otras cosas, traían su lengua con ellos. Así pues, hacía el 1200 se habla el Aragonés en la casi totalidad del territorio del Aragón actual y siguió bajando hasta su máxima expansión en el S.XV, hasta la actual Murcia. Del periodo medieval cabe destacar tres escritos importantes. Para empezar, las Glosas Emilianenses (S.X). Son los primeros escritos que se conservan y se trata de anotaciones que hacían los monjes en los márgenes de los libros que copiaban como explicación al texto principal en latín, en su lengua materna. El segundo es El Vidal Mayor. Fue un nuevo Fuero General que el rey Jaime I encargó al obispo y experto jurista Vidal de Canellas en 1247 con ánimo de renovar los Fueros de Jaca debido a la ya gran extensión del Reino. Y para terminar, las obras traducidas del griego clásico al aragonés, además de crónicas y compilaciones que realizó el munebregano Juan Fernández de Heredia en el S.XIV.
Retroceso
Con la muerte en 1412 de Martín I y la subida al trono de Fernando de Antequera como Rey de la Corona de Aragón tras los Compromisos de Caspe el aragonés quedó relegado a lengua popular porque el nuevo rey era castellano y por lo tanto, como lengua oficial de la corte y de la burocracia se impuso el Castellano. A partir de entonces, el aragonés va en lento pero paulatino retroceso y durante los siglos posteriores el Castellano va ganándole terreno al Aragonés hasta quedar relegado a su cuna pirenaica en la actualidad.
Supervivencia
Pero siguió perviviendo en la vida popular. Están por ejemplo las PASTORADAS, que son representaciones teatrales populares con personajes como O MAIRAL (Mayoral) y O REPATAN ( zagal o pastor) unidas a música y baile folclórico con fondo religioso.
Después en el S.XIX quizá unido un poco al movimiento de la Renaixença catalana y al inicio del interés por la cultura popular en Europa hay que mencionar a Braulio Foz, quien muestra diálogos en aragonés en la “Vida de Pedro Saputo”. Y así, hasta antes de la guerra nos encontramos con obras y estudios sobre el aragonés de filólogos europeos como Jean-Joseph Saroïhandy y autores como Pedro Arnal Cavero, Cleto Torrodellas o Domingo Miral entre otros.
Tras la guerra civil y el estado franquista se reprimieron lenguas que no fuesen el castellano. De modo que se decía, como en otras partes, que eso era hablar mal. Los chicos en la escuela no estudiaban otra cosa que el castellano. Los maestros rurales, que no eran aragoneses, la iglesia, las autoridades, los medios de comunicación y el éxodo rural contribuyeron a la desaparición del aragonés en muchos lugares en los que aun pervivía.
En la actualidad
La lengua aragonesa no se ha ido del todo, aun existen palabras y construcciones gramaticales puras del aragonés en el castellano que se habla en Aragón. Vocablos como pozal, chipiarse, badil, sargantana; verbos como escobar, charrar, coger (por caber), meter (por poner), mirar (intentar), chipiarse (mojarse). Expresiones como hacer duelo, pillar capazo, comparar añadiendo un no “esto es más grande que no esto otro” y un largo etcétera.
Además, aunque el relevo generacional está desapareciendo, todavía queda gente tiene el aragonés como lengua materna. Hasta la Unesco se ha hizo eco y declaró al aragonés como lengua en peligro de extinción. Afortunadamente y pese a esta situación, desde los años 70 han aparecido personas y asociaciones dedicadas al estudio del aragonés y que no reblan en su difusión y defensa.
Diego Medina Ruiz