Adrián Luis. / Zaragoza está de aniversario. Su Festival Internacional de Arte Urbano, Asalto, alcanza la década de existencia y de intervención sobre el espacio público. La inauguración, que ha tenido lugar este lunes, ha contado con la presencia de los propios organizadores y de los representantes de las distintas entidades públicas y privadas que logran que sea posible este encuentro entre arte y ciudadanía.
El acto ha sido presidido por el consejero de Economía y Cultura, Fernando Rivarés: “El proyecto Asalto es un ejemplo a imitar porque, además de la intervención cultural y el trabajo artístico que eso genera, está también su valor de transformación física del espacio público urbano”. El consejero ha indicado que desde el Ayuntamiento de Zaragoza se pretende «vincular de modo interdisciplinar tanto los proyectos políticos como los sociales y los culturales» con la finalidad de cambiar «la ciudad, el aspecto, la mentalidad y los corazones». Por su parte, uno de los organizadores del Festival, Alfredo Martínez, ha afirmado que “el Festival Asalto es referente internacional y nacional”.
La X edición (del 7 al 20 de septiembre), la más ambiciosa según los creadores, dispondrá de talleres y actividades para todas las edades en el punto de encuentro situado en la calle San Pablo y de visitas guiadas con nuevos itinerarios por los distintos barrios donde se hallan los murales y otras expresiones del arte urbano.
Además, por segundo año consecutivo, se volverá a celebrar el Asalto Fair, la feria de obra gráfica que albergará hasta quince stands en el cuartel general –como así lo denominan los propios organizadores– de esta calle.
Dos son las novedades de este Asalto que cuenta con un presupuesto de 70.000 euros, el mismo que el año pasado. En primer lugar, el Centro de Historias de Zaragoza acogerá la exposición Festival Asalto 2005-2015 en la que participarán los autores que han sido los responsables del aumento del legado artístico de la capital aragonesa. En último lugar, gracias a la colaboración de Tranvías Zaragoza, diez artistas convertirán los 12’8 km de la línea del tranvía en una exposición al aire libre. Para ello, intervendrán y decorarán con rotuladores los vidrios de las columnas retroiluminadas de las paradas.