María Molina Vera.- Vivió gran parte de su vida recluida en casa. Tras estudiar durante siete años en la Amherst Academy, asistió brevemente al seminario femenino Mount Holyoque. Tenía predilección por vestir ropa blanca. No le gustaba la vida social. En sus últimos años ni siquiera salió de su habitación. Nunca se casó y sus amistades eran por correspondencia.
Durante su vida sólo se publicaron una docena de sus casi 1800 poemas. Sus poemas son únicos en comparación con los de sus contemporáneos: contienen líneas cortas, por lo general carecen de título, contienen rimas asonantes imperfectas y una puntuación poco convencional. Se centran en temas relacionados con la muerte, la inmortalidad y la naturaleza pues era una gran aficionada a la botánica. Fue su hermana pequeña Lavinia cuando a su muerte descubrió su amplia obra y empezó a publicarse.
Proveniente de una prominente familia de Nueva Inglaterra de estricta religión protestante que influyó sobre su obra. También influyeron en su obra el humor de Mark Twain y los textos humorísticos de Irving, Allan Poey . Los Ensayos y conferencias del poeta Waldo Emerson y la poesía de Walt Whitman.
Estuvo enamorada de dos hombres que casi no frecuentó: Benjamin Franklin Newton y sobre todo el reverendo Charles Wasdword casado. A su muerte Emily escribió:” El amor no tiene para mí más que una fecha: 1 de abril, ayer, hoy y siempre.”
Emily definió su poesía:”Si tengo la sensación física de que me levantan la tapa de los sesos”.
Obras publicadas.”Poemas de Emily Dickinson” primera, segunda y tercera serie selección de Mabel L todd y Thomas w. Higginson. “el sabueso solo: poemas de toda una vida” “Otros poemas de Emily Dickinson, “Poemas inéditos selección de Martha Bianchi y Alfred L Hampson.” Los poemas de Emily Dickinson” Por último Nórdica libros publicó en 2012: “El Viento comenzó a mecer la hierba” Edición bilingüe con ilustraciones de Kike de la Rubia que recomiendo no perderse.
Poema de Emily Dickinson
El viento llamó con golpecitos,
como un hombre cansado.
Y, como una anfitriona, yo
contesté resuelta”Entra”.
Entró entonces en mi habitación
Un veloz convidado, sin pies,
a quien ofrecer una silla
era tan imposible
como ofrecer un sofá al aire.
No tenía huesos que lo sostuvieran.
Su hablar era como la arremetida
de numerosos colibríes a la vez,
desde un fabuloso arbolillo.
Su apariencia, la de una ola.
Sus dedos, al pasar,
producían una música, como melodías
que salían trémulas de un cristal
Hizo la visita, también revoloteando;
dio de nuevo unos golpecitos, de forma presurosa;
y yo me quedé sola.
Poema dedicado a Emily Dickinson
María Molina Vera:
Malas hierbas amargan mi boca,
y asfixian mi jardín secreto.
En la fría soledad de una casa sin fuego,
mis pupilas se quedan prendidas
en la débil llama de un candil oxidado.
Mis manos desenredan un ovillo
de inconfesables deseos.
Rescataré la última flor
que se esconde entre las zarzas,
y la envolveré en crujiente celofán
para ahuyentar el olvido de la belleza.
Obligaré a mis ojos a mirarme en otros espejos
y ver más allá de mi rostro.
Mi cuerpo está cansado
de vestirse solamente para mí.
María Molina Vera.
(GRUPO MOLIÉRE DE POESÍA).