Beatriz Sastron.- Después de que perdiéramos a nuestros cachorritos esta semana, aunque luchamos por ellos hasta el final, habría querido escribir sobre las ventajas de la esterilización, pero no podía ponerme a escribir sobre ello, prometo hacerlo en otro momento, ahora tenía en mi cabeza a esa persona sin corazón que permitió que esto sucediese y desde aquí he querido escribir un artículo desde el amor y respeto a los animales porque creo que somos más y mejores.
Sólo un peludo de 4 patas es capaz de quererte incondicionalmente, aunque seas guapo, feo, alto, gordo, tímido, triste, alegre, etc… para él serás su familia hasta el final de sus días y ese compromiso debe ser recíproco, si no es así, y no te encuentras capacitado para comprometerte, no adoptes.
Todos hemos pasado por momentos duros en nuestras vidas y los que tenéis un peludo en casa (o más de uno) sabéis que el consuelo más sincero, dulce y desinteresado te lo dan ellos, su sexto sentido para saber cuando estás triste y necesitas un lametón es increíble, como se alegran cuando llegas a casa, cuando les das una chuche o simplemente cuando los llevas al parque.
Y no siempre tenemos ganas de salir a la calle, lo sé, venimos cansados, hemos tenido un mal día, problemas en el trabajo…pero cruzamos la puerta de casa y ahí están esperándonos, para salir a la calle, jugar con ellos, darles de comer o simplemente acariciarlos y ronronear a nuestro lado, pero como podemos resistirnos a sus trastadas, a sus pelos, a robarnos comida o subirse al sofá, cada uno tiene sus manías como nosotros, esa es la mejor terapia contra el estrés, el dolor, la angustia o la tristeza, os lo digo por experiencia, el amor más incondicional y fiel es el suyo, su amor nos hace mejores personas.
Desde aquí les digo a todas esas personas que abandonan y maltratan animales, que los usan como objetos, sois unos desgraciados humanos que nunca en vuestra vida tendréis la suerte de disfrutar de un amor tan sincero y fiel como el que sólo nuestros peludos de cuatro patas nos dan, y eso además de ser muy triste, es una maldición.
Esta es mi promesa: NUNCA TE ABANDONARÉ, prometo quererte y cuidarte hasta el final porque eso es lo que hace la verdadera familia.