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Historia del Tour de Francia 1

 

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Historia del Tour de Francia 1

Diego Medina./   A principios del S.XX, el parisino Henri Desgrange convocó una reunión de urgencia entre todos sus colaboradores para mirar el modo de aumentar la tirada del periódico deportivo que dirigía. A uno de ellos, George Lefèvre, se le ocurrió organizar una prueba ciclista.

Ese es el nacimiento del Tour de Francia.

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Henri Desgrange

Las carreras ciclistas ya existían, de hecho el Tour, no fue al principio más que la suma de varias clásicas, pero a principios del S.XX los deportes estaban en crecimiento, sobre todo después del impulso del Barón de Coubertin que en 1896 había organizado los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna así que el Tour de Francia enseguida gozó de popularidad.

La primera edición (1903) la ganó un deshollinador alpino llamado Maurice Guerin. La segunda también pero tanto él como los cuatro siguientes acabaron descalificados por malas conductas y le dieron la victoria al quinto clasificado, Henri Cornet (su verdadero apellido era Jardy).

En 1905 lo ganó un florista llamado Louis Trousellier pero ya eran verdaderos atletas. Los siguientes ganadores Poittier, Petit-Breton (el primero en hacerlo dos veces 1907-08) y François Faber (“Le Giant du Colombes”) ya gozaban de cierta infraestructura detrás. Sin embargo, todavía había sitio para los corredores independientes, llamados “isolés” (aislados) que iban a la aventura.

Como ejemplo están los de Bixente Blanco “El cojo” y Jaime Janer. El primero en 1910 y el segundo en 1920 acudieron a la salida en Paris tras un largo periplo en bicicleta desde España. Sus experiencias merecen otro artículo aparte.

En 1910 la grande boucle había perdido ese interés inicial, demasiado repetitivo. Se necesitaba un cambio y Henri Desgrange volvió a reunirse con sus colaboradores. Entre ellos se encontraba un periodista, contratado de la gaceta rival “Le vélo” llamado Alphonse Steinès.

Fue este luxemburgués quien le proporcionó al Tour el ingrediente que lo ha hecho legendario: La montaña. Steinès, aparte de aficionado al ciclismo lo era del automovilismo y asistía a carreras de coches por carreteras de montaña, el germen de los rallyes, de modo que se le ocurrió incluir estos caminos, empinados, pedregosos y peligrosos en el Tour.

Tras una inspección previa de su viabilidad (con aventuras en el Tourmalet incluidas) en el Tour de 1910 se pusieron etapas por la ruta termal pirenaica. Octave Lapize, vencedor aquel año y amigo de Steinès, lo llamó asesino en la cima del Aubisque. Primero fueron los Pirineos y al año siguiente hicieron acto de presencia los gigantes alpinos llamados Galibier o Vars, por ejemplo.

A pesar de los franceses, no fue un francés el primer vencedor porque Guerin, pese a hablar francés, era italiano ya que el valle de Aosta, donde había nacido, pertenece a Italia. Si era francés el primero en ganarlo dos veces, Lucien Petit-Breton pero el ciclista que inauguró el palmarés de los tripletes fue el belga Phillipe Thys. Lo ganó en 1913, en 1914 y en 1920 tras la Gran Guerra que se llevó a Petit-Breton, Faber y Lapize entre muchos.

Cartel del Tour de 1912
Cartel del Tour de 1912

En la década de los años 20 destaca sobre todo Ottavio Bottecchia. Su historia es la de un hombre que con tesón y pundonor logra sus metas. Enrolado en el ejército mintiendo sobre su edad, Bottecchia, aprendió a ir en bicicleta en el frente austro-hungaro haciendo de enlace durante la Primera Guerra Mundial. Al acabar la contienda emigró a Francia en busca de trabajo y pronto consiguió volver a la bicicleta pero esta vez como deporte. Sin embargo, sus ideas antifascistas y su popularidad entre el pueblo lo hicieron peligroso y apareció asesinado en un ribazo junto a un viñedo en 1927.

Su crimen se resolvió muchos años después cuando su asesino confesó en el lecho de muerte y se descubrió que fue asesinado por fascistas.

En los años treinta, la tecnología avanzaba y se inventaron los cambios de piñón, no obstante fueron prohibidos durante mucho tiempo por Desgrange y ante los puertos, los corredores tenían que sacar la rueda y cambiarla de lado para poner otro piñón más adecuado. De esa época destacan nuevamente dos italianos.

Uno al que le pillaron en medio seis años de guerra y otro que vivió la transición de la entrada de mas avances tecnológicos como los cambios de piñón y las cámaras de cine. El primero es Gino Bartali, vencedor del tour en 1938 y diez años después en 1948. El segundo, un hombre que se ganó por derecho propio los adjetivos de héroe y leyenda: Fausto Coppi. Con ellos seguiremos la semana que viene.

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