El que se haya conseguido unir a las dos asociaciones aragonesas vinculadas con el teatro, el que hayan participado las salas públicas y privadas de mayor envergadura, y el que la programación haya sido plural, no una simple sucesión de espectáculos de mayor o menor enjundia, es de agradecer.
Finalizadas las Temporadas en los diferentes foros teatrales de la ciudad, así como los espectáculos fin de curso de las escuelas de arte dramático, oficiales y privadas, esta bocanada de aire vivo ha supuesto una novedad de gran impacto, tanto para los profesionales como para los aficionados.
Se han podido ver actuaciones de compañías aragonesas, valencianas, de Portugal, Murcia, Madrid y el País Vasco en ocho días que han contado, además, con lecturas dramatizadas en ámbitos infrecuentes para el teatro, como el museo Pablo Gargallo y la biblioteca Cubit, y se han desarrollado clases magistrales por Alberto Castrillo, Antonio Saura y David Zambrano. Se han ofrecido también foros de debate, encuentros y tertulias para analizar diferentes aspectos de la realidad teatral. La danza ha tenido su espacio, con tres espectáculos, participando también el circo, con una sesión, en el Festival.
El precio asequible, la variedad de propuestas y la concentración temporal han facilitado el desarrollo de esta iniciativa promovida por el ayuntamiento, a la que convendría apoyar desde otras instituciones, como diputación provincial y gobierno regional. Por una parte, Zaragoza es el municipio más poblado del territorio y, por otra, buena parte de los espectáculos de ZGZ ESCENA son transportables durante el mes de julio a distintas localidades aragonesas con infraestructura suficiente.
Seguramente la generosidad y la atinada visión política de los responsables institucionales, al servicio del desarrollo cultural de la ciudadanía, harán posible esa proyección territorial en las próximas convocatorias.
Francisco Javier Aguirre