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Tecnología cotidiana: cómo hacer el mejor uso posible de ella

Redacción. El ritmo al que avanza la tecnología solo puede calificarse de frenético. En tan solo una década, incluso menos, hemos asistido a la aparición de herramientas y dispositivos sorprendentes. Algunos de ellos se han convertido en cotidianos, tanto que ya no podemos vivir sin ellos. Aún así, ejemplifican de forma innegable cuánto nos ha cambiado la vida en muy poco tiempo.

Elementos de seguridad y escucha

No hace mucho, oír hablar de micrófonos espías era poco frecuente. A no ser que se hablara de novelas de espionaje o de agencias secretas. Hoy la cosa ha cambiado mucho, sobre todo por el interés de todo el mundo en proteger su casa y saber en todo momento lo que ocurre.

Esto, unido a la posibilidad de encontrar micros espía con facilidad, hace que no sea extraño tener en casa colocado alguno de estos. O llevar un microfono espia encima, con el que grabar nuestras conversaciones para que después nadie pueda negar que dijo algo. No solo en el mundo comercial, en el que es importante tenerlo todo bien atado, sino también en la vida personal.

Además de tener un registro en audio de lo que se habla, hay quien utiliza un micrófono para espiar como libreta de notas. Guardan sus recordatorios en el dispositivo y así lo tienen siempre a mano. Se pueden encontrar muchos modelos diferentes en la tienda online www.espia2.com.

Redes inalámbricas

Las comunicaciones han experimentado una revolución en los últimos años. Si antes era habitual descolgar un teléfono para hablar con alguien, hoy no dependemos de cables para hacerlo. Además, no solo es posible escuchar a alguien al otro lado, sino que podemos vernos cara a cara sin estar en el mismo sitio. Internet y las redes inalámbricas están tan presentes en nuestro día a día que ya ni nos damos cuenta. En una casa, un negocio e incluso en la calle podemos encontrarnos con redes wifi, bien en abierto o accesibles solo con contraseña, como los router Wifi Vodafone y otras compañías que dan soporte a estas comunicaciones.

Estas redes son absolutamente imprescindibles para todo el mundo. Sin ellas, incluso trabajar o disfrutar de nuestro tiempo libre sería bastante complicado. Podemos decir que forma parte de nuestro ADN.

La electricidad, imprescindible

Aunque el descubrimiento de la electricidad y los métodos para producirla tienen varios siglos de historia, en el siglo XXI es más importante que nunca. Todos los dispositivos que utilizamos se valen de una fuente de energía para funcionar, bien mediante una batería o a través de un cable.

Esto genera en nosotros una dependencia, y si por algún motivo sufrimos un corte de luz, puede que no podamos hacer prácticamente nada. Lo que lleva a buscar el modo de garantizar el suministro. Primero, confiando en que la compañía eléctrica haga todo lo posible por prevenir cortes. Y también teniendo a mano tecnologías como un generador inverter, que permite disponer de electricidad en zonas aisladas o en situaciones de emergencia.

El entretenimiento

Otro de los campos en los que hemos experimentado una evolución asombrosa es en el entretenimiento. Desde las tecnologías que se utilizan en el cine hasta los videojuegos, todo lo que nos rodea ni siquiera se imaginaba hace un par de décadas. No hay más que echar un vistazo a cómo eran las primeras consolas o los efectos especiales que se usaban para dar realismo a las escenas. Hoy todo esto nos parece algo tan lejano que apenas nos sorprende.

Un ejemplo muy claro está en los ordenadores gaming, diseñados para sacar el máximo potencial a los videojuegos modernos. En un espacio relativamente pequeño hay encerrada una tecnología que ni los ordenadores más potentes del mundo hace 20 o 30 años lograban igualar. No es de extrañar que estos juegos lleguen a un grado de realismo tal que cueste distinguir entre lo auténtico y lo virtual.

Somos seres digitales

Hay muchos más ejemplos de cómo la tecnología está presente en casi todo lo que nos rodea. Tanto que podemos decir que vivimos a medio camino entre el mundo real y el digital, sin poder prescindir de uno u otro para nuestra existencia. Tal vez sin darnos cuenta o siendo conscientes de ello, pero asistiendo a una era en la que todo avanza a un ritmo inimaginable hace poco tiempo.

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