Fernando Gracia. Otra película sobre reinas, y van tres en pocos días. La última en llegar es francesa y trata de una maniobra diplomática a principios del XVIII para volver a la senda de la paz entre Francia y España. El duque de Orleáns envió a su hija a la corte española para que se casara con Luis, hijo de Felipe V, mientras que éste envió a Versalles a una de sus hijas para que se casara con el ya rey Luis XV, de unos doce años de edad, por lo que mandaba el regente ya nombrado.
O sea, un caso más de la utilización de las mujeres como moneda de cambio y de la reducción de su papel en la vida al hecho de dar abundante descendencia, por si acaso.
Este CAMBIO DE REINAS, como por aquí se ha titulado, viene a ser un producto lujoso, contado de forma muy académica, que se ve sin apuro aunque por momentos podría pasar por un programa de un canal temático especializado en Historia.
Algunas pequeñas incursiones en asuntos sexuales y poco más es lo que desvía a la película de su discurrir previsible y de tono evidentemente didáctico. No se cargan las tintas y tal parece que el director está interesado sobre todo en ofrecer una rica ambientación, con personajes bien vestidos de acuerdo a lo que podemos apreciar en los cuadros de aquella época, sin buscar una trama demasiado enrevesada y obviando todo lo que ocurre fuera de los recintos palaciegos.
Nada que ver con series como “Versalles”, por poner un ejemplo, con el bisabuelo del joven rey francés como centro de la trama.
La película se ve con facilidad, aunque sin excesivo entusiasmo. Cine bien realizado técnicamente y poco más. Lo mejor para el espectador medio es que le da a conocer un hecho no transitado por el cine, por lo que más de uno podrá considerar que la pequeña lección de historia recibida ha compensado el precio pagado en taquilla.
Muy atinado el reparto, con Lambert Wilson –aún en cartel como “La clase de piano”- encarnando a nuestro Felipe V, y Olivier Gourmet –el actor fetiche de los hermanos Dardenne- como regente francés y padre de la princesa que mandan para España. El resto, menos conocidos, dan perfectamente los papeles encomendados.
Para los aficionados al cine histórico y a los ambientes refinados, puede valer. Otra cosa es para los que busquen guiones algo profundos o tratamientos menos convencionales.