Redacción. El investigador del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón), doctor Ariel Ramírez-Labrada, ha participado en una investigación sobre el linfoma difuso de células B grandes (LDCBG) con el fin de abrir nuevas vías para tratar este tipo de cáncer.
El linfoma difuso de células B grandes es el más común y se manifiesta con la proliferación de pequeños tumores de rápido crecimiento en diferentes partes del organismo. Una particularidad por la que estos pacientes no son tratados con radioterapia, sino que siguen tratamiento con cinco fármacos (uno de ellos es un anticuerpo monoclonal).
El resultado de la investigación desarrollada abre una vía para introducir un sexto fármaco –el OLAPARIB de la compañía farmacéutica AstraZeneca, que ya se utiliza en el cáncer de mama y de ovario- en el tratamiento de este tipo de linfoma, que tiene una mortalidad del 50% de los pacientes y cuya incidencia aumenta con la edad. También permite avanzar hacia un tratamiento más personalizado, además de abrir nuevas vías de investigación en el cáncer de páncreas o de próstata.
La investigación surge a raíz de los hallazgos de que los pacientes de linfoma difuso de células B grandes que sobreexpresan la proteína LMO2, responden mejor a la quimioterapia y tienen mayor esperanza de vida. Sin embargo, la razón de este hecho era poco comprendida. “Hemos demostrado que los linfomas difusos de células B grandes que sobreexpresan la proteína LMO2 tienen dificultad para la reparación de su material genético”, ha explicado el investigador del ISS Aragón, doctor Ariel Ramírez-Labrada, quien ha participado en esta investigación junto con un equipo de investigadores de las universidades de Miami y Standford, entre otras.
El 50% de los linfomas difusos de células B grandes expresan esta proteína. La sobreexposición de este oncogén produce inestabilidad genómica, hace que el ADN no se repare bien y la célula se convierta en tumoral. “Si se incentiva que haya más inestabilidad genómica, las células no pueden reparar su ADN apropiadamente y mueren”, asegura. Con los tratamientos con quimioterapia, se consigue que estas células tumorales acumulen daños en el DNA y terminen muriendo.
La parte principal de esta investigación, en la que se han empleado muestras de pacientes obtenidas a través de biopsias, ya ha finalizado. Ahora, el siguiente paso es realizar el ensayo clínico para confirmar sus resultados con el fin de introducir, posteriormente, el tratamiento tras su aprobación.
Incidencia del linfoma
El linfoma afecta cada año a entre tres y seis personas por cada 100.000 habitantes. El linfoma difuso de células B grandes constituye el 35% de los linfomas no Hodgkin, grupo en el que se engloban el 90% de los linfomas.
El grupo de linfomas no Hodgkin está considerado como el séptimo grupo tumoral más frecuente en el mundo y el noveno por causa de muerte tumoral. En concreto, representa el 3% del total de muertes por cáncer.
En España, en 2019, se estima que se detectarán 9.082 nuevos casos de Linfoma no Hodgkin, lo que representa un crecimiento del 16,2% en comparación con los 7.811 casos diagnosticados en 2018.
Investigador
El doctor Ariel Ramírez-Labrada forma parte del grupo de investigación del doctor Julián Pardo, especializado en el área de muerte celular, inflamación, inmunidad y cáncer. Licenciado en Ciencias Farmacéuticas en la Universidad de Camaguey (Cuba), y doctor en Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad de Zaragoza, también ha cursado un Máster en Bioquímica y Biotecnología en la Universidad Francisco de Vitoria.
Ha desarrollado su trayectoria profesional en el Departamento de Medicina, en la división de Hematología de la Escuela de Medicina Miller de la Universidad de Miami, y en el Sylvester Comprehensive Cancer Center de la Universidad de Miami, en Estados Unidos.
Ahora, desde las instalaciones del Centro de Investigación Biomédica en Aragón (CIBA), donde se localiza el IIS Aragón, continuará investigando el cáncer, en el campo de las células tumorales y el sistema inmunitario, y contribuyendo a la puesta en marcha de la Unidad de Nanotoxicología e Inmunotoxicología Experimental (UNATI) que ofrece a empresas, centros de investigación y otros profesionales, un servicio especializado de análisis farmacológico y toxicológico, personalizado a sus necesidades, que confirme la seguridad de sus productos, ofreciendo un alto valor añadido y un impacto muy positivo a la hora de su comercialización.