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La directora Núria Rubió presenta su segundo corto en Zaragoza

La directora Núria Rubió presenta su segundo corto en Zaragoza

Redacción. “La película corta”, como le gusta llamarla a Núria Rubió, se rodó en verano, en Zaragoza, en el barrio Rosales del Canal y en la propia casa de la directora. Obtuvo la ayuda del departamento de educación, cultura y deporte del Gobierno de Aragón para la realización de cortometrajes. También ha contado para su producción con la colaboración, desde el primer momento del Centro de Producción Audiovisual (CPA SALDUIE), centro de formación de Zaragoza, que aportó alumnos en prácticas y material audiovisual. También este proyecto obtuvo el apoyo de las empresas: Millán Iluminación, Eboca Vending, La Tradicional y Tu Locutor.

Mujeres al atardecer‘ es la historia de Andrea, una periodista de más de 30 años, en paro, que siente una crisis existencial. Después de un ERE en el periódico donde trabaja hace 10 años no sabe qué rumbo tomar. Su hermana, madre de un bebé, le organiza una entrevista con un viejo amigo, a la que duda si acudir. Mientras tanto ella paseará por el barrio al atardecer y el encuentro con diferentes mujeres le harán reflexionar sobre qué camino debe tomar. Una historia intimista y poética que tendrá lugar en un barrio al sur de la ciudad.

Los miembros del equipo técnico con el que ha contado son, la mayoría, nacidos o afincados en Aragón. Profesionales como Hugo Falcón, director de fotografía; Global Make Up, en el maquillaje; Luis Gran Barcelona, director de vestuario; Ana Ulecia, directora de arte o en la producción, María Cantos y Carlos Laforga, con extensa experiencia en diversos cortometrajes rodados en Aragón y que también colaboraron en su anterior cortometraje.

Elenco

En el equipo artístico, la directora ha contado con actrices de la Escuela Municipal de teatro de la capital maña, entre ellas, Lorena Soler, en el papel protagonista del cortometraje, alumna de segundo curso pero con amplia experiencia, ya que forma parte del grupo “Zaragoza improvisa” y actualmente representa en el Teatro Bicho la obra “Cazar un boquerón”.

Asimismo, Eva Parra, formada en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) en Madrid, trabajó como profesora de interpretación en la EMTZ precisamente justo en el año en que se rodó el cortometraje. Además, a Eva le gusta aplicar el teatro para fines de transformación social concretamente en temas de género y para ello tiene su proyecto Balausta, acción escénica transformadora y en este momento se puede ver en Zaragoza su variedad escénica “Relatos del amor romántico” en la Casa de la Mujer.

También la actriz Marissa Nollá, profesora de ortofonía y expresión corporal en la EMTZ y amplia experiencia como actriz de teatro ha colaborado con su voz en el cortometraje.

El resto del elenco: Teresa Fuertes, Gloria Aporta y Arturo Pérez son alumnos del Teatro de las Esquinas, y en el caso de Gloria y Arturo forman parte del aula de teatro.

Colaboraciones especiales

El cortometraje ha contado con colaboraciones especiales. La primera la voz y la música de la cantautora María José Hernández y su tema “Siento”. La directora siempre se imaginó que el corto tenía que ir acompañado de una canción con letra por el tono poético y porque aportará también sentido narrativo a la historia. La canción describe cómo es el proceso de la creación de una canción, argumento que le sirve a Nuria Rubió para contar lo que quiere transmitir con su historia “cada una de nosotras somos creadoras de nuestra propia vida. Decidimos cómo queremos vivir y qué queremos conseguir independientemente de lo dictámenes impuestos sociales y familiares”. Otra de las colaboraciones ha sido la periodista del tiempo de Aragón Televisión, Núria Seró, que hace un cameo en una escena dando el tiempo.

En el equipo técnico ha contado con la colaboración especial también de Boris Zapata, sonidista profesional que trabajó en películas de Ventura Pons y en “Tierra Libertad” de Ken Loach. Núria Rubió le conocía porque en 2002 fue meritoria de sonido en la película Food of love (Manjar de amor). Ahora casi 20 años después se han reencontrado y ha colaborado en el corto.

Por último, para la mezcla de sonido ha contado, de nuevo, con el Laboratorio Audiovisual del Centro de Historias.

Los perros también son protagonistas

En su segunda historia, Núria Rubió ha vuelto a contar con un elenco canino. En la cinta participan tres perros, entre ellos, de nuevo, Lucas, perro de la directora.

“En esta historia quiero transmitir el amor a los animales y como a través de ellos podemos ser más felices, por su compañía, y cómo nos pueden acercar a los demás. Es a través de Lucas que Andrea conoce a Diana, la mujer que mira al atardecer y encuentra su paz consigo misma”.

En esta ocasión, los perros viven en un barrio y ya no están maltratados como en el caso del otro cortometraje. La directora ha querido continuar con esa línea y abarca, de nuevo, también el tema de la decisión. Es ahora la protagonista quien toma las riendas de su vida.

Cine social y esperanzador

El cortometraje quiere ser un canto de esperanza al futuro de muchos jóvenes que actualmente no encuentran en su vida un camino y un medio de vida. “Esta historia es también un retrato de la sociedad actual: individualismo, móviles y crisis”. De ahí, la crisis existencial de la protagonista que, aunque preparada, no encuentra su lugar en el mundo, e influenciada por su familia, quiere desprenderse y construir su propia historia desde la libertad y sin dejarse llevar por lo que la sociedad le dicta. Los atardeceres son en esta historia una metáfora de permitirnos cambiar, como lo hacen los colores del ocaso, para ser honestos con nosotros mismos y darnos una oportunidad para no encajonarnos e inmovilizarnos por nuestras propias creencias.

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