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Cáritas reivindica ‘El poder de cada persona’ para cambiar el mundo

Cáritas reivindica «El poder de cada persona» para cambiar el mundo

Redacción. Como todos los años, con motivo de la celebración del Corpus Christi, Cáritas Diocesana de Zaragoza lanza su Campaña de Caridad y presenta su memoria de 2019, que muestra la labor de acogida y acompañamiento realizada con las 4.227 familias que se atendieron durante el pasado año, además de las diversas acciones de intervención, sensibilización e incidencia que se desarrollan desde las Cáritas parroquiales, los proyectos y los centros. La Campaña de Caridad, que lleva por lema “El poder de cada persona. #CadaGestoCuenta”, viene marcada por un contexto muy especial como el que estamos viviendo. Por eso, hoy más que nunca, Cáritas invita a todas las personas a aportar sus capacidades y talentos en favor de los más vulnerables. “Si una persona es capaz de mejorar el mundo, ¡imagínate lo que podemos hacer en común!”. Para celebrar el Día de Caridad, Cáritas ha organizado hoy, 11 de junio, una Eucaristía que tendrá lugar en la Basílica de Sta. Engracia a las 19 horas. La celebración será retransmitida en directo desde su página de Facebook.

Ciertamente el contexto social hace que Cáritas aproveche este día también para dar cuenta de su actividad durante los últimos tres meses tintados por la crisis sociosanitaria. No sólo por el aumento del número de personas que han acudido a sus acogidas sino también por el empeoramiento de las situaciones de precariedad, pobreza y exclusión social ya existentes antes de esta pandemia y agravadas tras ella.

Memoria 2019

En 2019, Cáritas Zaragoza acompañó a 4.227 familias lo que supone un total de 9.334 personas. 6.416 personas fueron atendidas en el territorio urbano, 1.274 personas en el territorio rural y 1.290 personas desde el servicio de acogida general de la sede de Cáritas. Además de asesoramiento y acompañamiento, se canalizaron 10.618 ayudas económicas a familias por valor de 1.336.479,93 euros. Todo ello es posible gracias a la labor que realizan los agentes (voluntarios y trabajadores) en los 91 puntos de acogida en parroquias, 50 en la ciudad y 41 la zona rural. Y en los ocho centros y servicios especializados además de la labor que se hace desde la Fundación por la Inclusión Social y su empresa de inserción A Todo Trapo Zaragoza, así como en las tiendas Latido Verde y La Artesa. Las más de 9.000 personas atendidas en la diócesis de Zaragoza reciben un acompañamiento personal y cercano basado en la escucha, en la orientación y en estar junto al otro. Este acompañamiento no se puede traducir en datos pero es el primer paso para conocer las necesidades de cada persona que se acerca a Cáritas y ofrecer el apoyo más adecuado a su situación. Y es un concepto que debe ponerse en valor.

Algunos datos relevantes del 2019:

• Cáritas Zaragoza atendió a 4.277 hogares, lo que supone un 15% más que el año anterior.

• 1 de cada 4 hogares que atendió se encontraban en régimen de realquiler. Muchas de ellas en habitaciones y pisos con condiciones inadecuadas e inseguras. Por tercer año consecutivo se ha incrementado esta cifra con lo que conlleva de aumento de precariedad y vulnerabilidad social de las familias atendidas.

• Al menos el 56,9% de las personas atendidas en Cáritas Zaragoza ha nacido en un país extranjero y el 36,6% en España. De entre las personas atendidas de origen extranjero, un 34,2% estaban en situación de irregularidad administrativa y un 18,4% solicitaron la Protección Internacional para obtener la condición de refugiado. Todo ello refleja la fragilidad de las condiciones de vida de las personas migrantes que se han visto abocadas a abandonar sus países por diferentes causas (pobreza, conflictos, hambre, cambio climático…).

Cáritas ante la pandemia

Desde el inicio de la pandemia, Cáritas Diocesana de Zaragoza ha volcado sus esfuerzos y corazón en estar cerca, escuchar, informar y apoyar (emocional y psicológicamente) a los más vulnerables, adaptando su forma de trabajar a las nuevas circunstancias, para poder atender a un promedio de 900 familias a la semana. A raíz de la crisis sociosanitaria, las demandas de las familias han continuado siendo muy diversas pero aquellas que más se han intensificado han sido, en primer lugar, las ayudas económicas para vivienda y alimentación. En segundo lugar, han requerido: escucha, apoyo emocional y atención psicológica. Y, en tercer lugar, se les ha ofrecido información del funcionamiento y ayudas de los Servicios Públicos así como de las ayudas extraordinarias de la Administración Pública por la Covid-19.

El confinamiento de toda la población y el cese de la actividad económica han provocado, que la dinámica de desaparición o reducción de ingresos, se haya incrementado. Por ello, no es de extrañar que en Cáritas Zaragoza hayan aumentado las demandas de ayuda de personas que tenían empleos informales, de aquellos que tenían trabajos precarios e inestables y también de personas con trabajos estables antes de la pandemia. Al mismo tiempo, se ha continuado atendiendo a familias con ayudas económicas públicas insuficientes y familias sin ingresos con la única ayuda de familiares y amigos. Muchos de los problemas y dificultades en las familias que Cáritas acompaña los tenían antes de la crisis del coronavirus. Lo que la pandemia ha hecho es acelerar y agravar en las familias, los procesos estructurales previos de precariedad, pobreza y riesgo de exclusión social, que fueron señalados y estudiados en el reciente VIII Informe FOESSA en Aragón.

Los cinco problemas que más se han intensificado en las familias atendidas por Cáritas desde el estado de alarma son la dificultad para encontrar o recuperar empleo; el aumento de las situaciones de exclusión residencial; la falta de agilidad en la tramitación de prestaciones económicas públicas; el incremento de la pobreza económica y la privación material y el aumento del sobreendeudamiento económico. Y es que, la precariedad laboral, los bajos salarios y los elevados costes de la vivienda son componentes estructurales de la pobreza en nuestro país, que se han visto agravadas por el cese de la actividad económica y por la escasa cobertura de las prestaciones económicas públicas de las necesidades básicas de las personas más vulnerables, especialmente en materia de vivienda. Un aspecto que ha supuesto un verdadero problema en esta etapa ha sido la brecha digital en los trámites y gestiones así como en el proceso de escolarización. Una parte de la sociedad ha quedado aislada al no disponer de conocimientos y medios para conectarse perdiendo el reconocimiento y acceso a derechos como ciudadanos. Todo ello ha llevado a un aumento de la pobreza y privación material, así como al incremento del sobreendeudamiento económico de las familias que Cáritas ha atendido tras la irrupción de la pandemia.

Desde el inicio del estado de alarma y hasta el 31 de mayo de 2020, Cáritas Diocesana de Zaragoza ha dado 3.258 ayudas económicas por valor total de 524.573,09 euros. En dos meses y medio el número de ayudas se ha incrementado un 66% y casi se han duplicado (con un 96%) los importes de las ayudas respecto al periodo comprendido entre el 1 de enero hasta el 15 de marzo de 2020. Asimismo, los importes destinados a ayudas económicas de Cáritas en los meses de abril y mayo de 2020 alcanzan los máximos históricos de la última década, siendo algo superiores a los alcanzados en los peores años de la crisis económica (2014 y 2015). En cuanto al destino de las ayudas económicas, el grueso de ellas se ha destinado a cubrir gastos de vivienda y alimentación.

Propuestas de Cáritas

Esta difícil situación está provocando en las familias angustia, miedo e incertidumbre ante el presente y el futuro. Junto a esta labor de cercanía y apoyo, en nuestro trabajo por la defensa de los derechos de los más vulnerables, Cáritas sigue apostando por reforzar políticas públicas -a nivel estatal, autonómico y local- que velen por el bien común y garanticen unas condiciones de vida dignas para todas las personas.
Además de la intervención directa -quizás la más conocida- Cáritas demuestra su compromiso con la sociedad demandando políticas y acciones públicas en favor de los más vulnerables.
Ante esta situación Cáritas propone:

1. Garantía de derechos: emplazar a las Administraciones Públicas a fortalecer y dotar con presupuestos suficientes el sistema de servicios sociales para dar respuesta a una creciente demanda social y corregir las deficiencias en el acceso a los servicios y prestaciones económicas públicas. Preocupa, especialmente, la tramitación de las Ayudas de Urgente Necesidad que son una prestación esencial, de último recurso, reconocida como derecho subjetivo, que ha de tramitarse con agilidad y en todos los conceptos legalmente establecidos (alquiler, suministros,…) y no sólo en alimentación. Las deficiencias detectadas en su tramitación desde el inicio de la pandemia han intensificado el sobreendeudamiento económico de numerosas familias lo que agrava en un medio plazo las situaciones y el riesgo de exclusión residencial.

2. Ingresos mínimos garantizados: Cáritas se congratula de la reciente aprobación del Ingreso Mínimo Vital (IMV) a la par que solicita a la Administración Pública que mantenga la inversión que actualmente se destina al IAI como prestación económica complementaria al IMV, ampliando la cobertura y la garantía de ingresos de aquellas personas vulnerables que quedan excluidas del IMV y garantizando la atención a toda la población que se encuentra bajo el umbral de la pobreza. Cáritas alerta del riesgo que supondría proceder a una desinversión que tendría efectos muy perjudiciales en las personas y familias más vulnerables.

3. Vivienda: Cáritas Zaragoza ve con preocupación las cifras del VIII Informe FOESSA: 24.600 personas en situación de exclusión social viven en Aragón en una vivienda insegura y 167.000 en una vivienda inadecuada. Durante 2019, 1 de cada 4 personas atendidas en CDZ vivía en habitaciones realquiladas. Cáritas considera que es urgente y prioritario poner en marcha políticas públicas de vivienda que garanticen el derecho a una vivienda digna de todos los ciudadanos, sobre todo de los más vulnerables.

4. Empleo: Cáritas ve esencial poner el foco en la creación de empleo, en el apoyo a las empresas de inserción y en el empleo protegido, al mismo tiempo que el impulso de la formación que facilite el acceso al mercado laboral a la población más desprotegida.

Para abordar los importantes retos que plantea el contexto actual, Cáritas considera fundamental trabajar desde una perspectiva comunitaria, que refuerce la colaboración, los vínculos sociales, el cuidado mutuo. Si algo ha puesto en evidencia esta crisis es que la supervivencia de cada persona está interconectada a la de las demás. Todos estamos llamados a trabajar de forma coordinada y conjunta (entidades, ciudadanos, administración pública…) con la mirada puesta en los más frágiles de nuestra sociedad para garantizar que todas las personas podamos vivir una vida digna y plena sin dejar a nadie atrás.

El rostro de la solidaridad y el compromiso

Cáritas quiere agradecer el apoyo de los tantos colaboradores que, bien de manera altruista, como es el caso de las 1.023 personas voluntarias (64% mujeres y un 36% hombres), bien a través de la generosidad de sus 6.428 personas socias así como de las 124 empresas y entidades socias y las 240 empresas y entidades colaboradoras que permiten desarrollar cada día los programas y proyectos de Cáritas en la diócesis de Zaragoza.

Cabe destacar que durante el 2019, Cáritas contó con casi un 83% de recursos económicos propios procedentes de los socios y donantes anteriormente citados; por otra parte, la entidad recibió cerca de un 17% de financiación pública.

Un año más, y en esta ocasión con mayor motivo, Cáritas quiere agradecer el apoyo de tantas personas y empresas que, durante estos meses de crisis, están colaborando con la entidad no solo a través de aportaciones económicas sino también en especie. #CadaGestoCuenta

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