Redacción. La Plaza de Santa Engracia se convertirá en un espacio accesible para el disfrute de los peatones en el que los elementos naturales compartirán protagonismo con la portada renacentista de la basílica. El Ayuntamiento de Zaragoza va a llevar a cabo una reforma integral de este espacio urbano, en el que además se rendirá homenaje a las víctimas del COVID-19.
El alcalde Jorge Azcón y la vicealcaldesa Sara Fernández, acompañados por la consejera de Infraestructuras y Medio Ambiente, Patricia Cavero, han presentado hoy el proyecto para poner en valor esta céntrica plaza. La reforma se realizará en base a criterios de accesibilidad y ambientales, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030: avanzar hacia una ciudad más inclusiva, segura, resiliente y sostenible, más atractiva para la movilidad peatonal y más saludable y natural.
Actualmente los 2.600 metros cuadrados de superficie de Santa Engracia albergan calzada, una glorieta sobreelevada y zonas de estacionamiento de vehículos, motos y bicis. A ello se unen numerosas señales de tráfico, cabina de teléfono y otros elementos que dificultan el uso de este espacio por parte de la ciudadanía y obstaculizan la perspectiva de la portada la basílica.
Ampliación de la zona peatonal
La reforma ampliará el espacio para uso peatonal y ofrecerá un entorno más armónico con la basílica y otros edificios de interés del entorno. La plaza pasará a ser de plataforma única, eliminando los problemas de accesibilidad existentes actualmente entre la glorieta central y las aceras. Además los árboles y zonas ajardinadas tendrán mucho más protagonismo, dando continuidad al eje verde entre la plaza de los Sitios y los tilos del Paseo Independencia. Así se dotará a la plaza de zonas sombreadas que inviten a detenerse y ofrezcan vistas interesantes desde múltiples ubicaciones.
La pavimentación se realizará además con un sistema de drenaje urbano sostenible para favorecer la permeabilidad y respiración del suelo, ya que eso mejorará la oxigenación y aporte de humedad que necesitan las raíces del arbolado y del resto de las plantas. Esto supondrá una mejora sustancial ya que actualmente todo el pavimento es impermeable y sólo existe un sumidero para recoger las escorrentías.
La intervención supondrá una inversión aproximada de 700.000 euros e incluirá la renovación de todos los servicios urbanos que discurren por la plaza, como las tuberías de distribución de agua y de saneamiento o el alumbrado público, que se sustituirá por tecnología LED. Ello permitirá un menor consumo energético y reducirá la contaminación lumínica.
Las obras está previsto que puedan comenzar en otoño y tendrán un plazo de ejecución de unos cuatro meses.