Redacción. Más de 80 rastreadores del Ejército de Tierra y del Ejército del Aire trabajan desde el lunes en el Hospital Militar de Zaragoza, en la unidad de vigilancia epidemiológica, para realizar labores de control de la pandemia por el coronavirus.
La delegada del Gobierno en Aragón, Pilar Alegría, junto a la consejera de Sanidad, Sira Repollés, y el General de División, Carlos Melero Claudio, y el Coronel médico, director del Hospital Militar de Zaragoza, Juan Antonio Lara Garrido, han conocido el trabajo de estos militares que realizan sus labores de lunes a domingo.
Son 88 rastreadores, que han sido formados por la Unidad Militar de Emergencias, se encargan de notificar los negativos a las PCR que se hacen en Aragón desde Atención Primaria, liberando de esta forma a los centros de salud de un importante volumen de trabajo. En concreto, esta labor supone contactar cada día con unas 3000 personas.
La instalación de los rastreadores en el Hospital Militar agiliza además las tareas de rastreo al formar parte del sistema aragonés de salud. Las tareas asignadas podrían ampliarse en labores de vigilancia y seguimiento en función de las necesidades que el Gobierno de Aragón vaya detectando.
La delegada del Gobierno ha recordado la importancia de la colaboración institucional para hacer frente al coronavirus, “la colaboración nos hace más fuertes a todos para luchar contra el enemigo común que es el virus, no nos podemos permitir divisiones porque entonces nos debilitamos”. Alegría ha vuelto a agradecer el trabajo realizado por las Fuerzas Armadas que ya en los meses de estado de alarma realizó casi un millar de acciones, entre las que destacan las desinfecciones en residencias e instalaciones públicas, montaje de carpas o traslado de enfermos y alimentos.
Por su parte, la consejera de Salud ha agradecido la colaboración y la disposición de esta institución, que ha puesto todos los medios solicitados a disposición de la seguridad de los ciudadanos. Repollés ha señalado que en fases próximas, estos profesionales se podrían ir incorporando a la investigación de contactos de aquellos pacientes que no tienen médico asignado en el sistema público de Salud.