Redacción. Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos hemos buscado en la naturaleza alivio para nuestros males. Con el avance de la investigación y el nacimiento de la industria farmacéutica, los remedios de la abuela parece que han pasado a un segundo plano. Sin embargo, con el devenir de los años la tendencia ha vuelto a cambiar y el ser humano moderno busca ese regreso a los orígenes, a lo natural, y analiza alternativas para tratar dolencias más o menos leves.
Por ejemplo, para el sistema nervioso, las hierbas tipo tila, valeriana o pasiflora siempre han sido una alternativa a los tranquilizantes más fuertes que tanto se comercializan en nuestros días. Bien es cierto que depende del problema nervioso, el tratamiento requerirá un remedio más suave u otro más agresivo, pero matar moscas a cañonazos nunca ha sido una buena opción…
En el caso de molestias intestinales leves y ocasionales, tipo gases o ardores, una infusión de manzanilla, hinojo o poleo menta puede hacer que desaparezca esa desagradable sensación en el estómago. Incluso el jengibre, muy efectivo en embarazadas que sufren fatiga y ganas de vomitar, puede ofrecer descanso a sus atormentados estómagos. Y en esta línea, el regaliz es la chuchería más cotizada entre las futuras mamás. Comer esta planta reduce los desesperantes ardores propios del avanzado periodo de gestación.
Siguiendo con los remedios naturales, en lo últimos tiempos, el CBD o cannabidiol -un compuesto químico orgánico del cáñamo- ha adquirido gran difusión en diferentes países. Se trata de un elemento que en los últimos tiempos ha alcanzado una elevada difusión gracias a sus propiedades en diferentes industrias.
El CBD suele comercializarse en forma de aceite esencial (de semillas), como lo hace Formula Swiss, y tiene aplicaciones en el ámbito alimentario, cosmético y de la salud. En este línea, se aplica para resolver dolores de cabeza, de articulaciones, problemas de sueño, digestivos e incluso respiratorios.
El cáñamo, planta de la que se obtiene el CBD, se utiliza desde hace siglos para fabricar papel, cuerdas o diferentes tejidos. Dando muestras de su gran versatilidad.
Por último, otro de los remedios más fascinantes de la naturaleza para el dolor de cabeza tensionales lo encontramos en lavanda, una planta que destaca por su aroma y su hermoso color morado, pero que además posee un efecto sedante y antiinflamatorio capaz de acabar con la presión que da lugar a las cefaleas.