Redacción. La comedia, en sus distintas variantes, es el género predominante en el ciclo que el Aula de Cine de la Universidad de Zaragoza ofrecerá, durante los meses de febrero y marzo, en sus campus de Huesca, Teruel y de la capital aragonesa. La felicidad, película realizada por Aleksandr Medvedkin, en 1935 en la Unión Soviética, abre el próximo 1 de febrero una programación que parece querer despertar en la ciudadanía un optimismo adormecido por la pandemia. Las sesiones, que contarán con cintas de muy diversas etapas –desde los años treinta a la actualidad– y geografías del séptimo arte, incluye obras de realizadores como los norteamericanos Frank Capra o Woody Allen, el japonés Hayao Miyazaki, el argentino Juan José Campanella, o el francés Jean Becker.
Las proyecciones, que se realizarán como pauta general en versión original subtitulada, tendrán lugar los lunes a las 19 horas, en el Edificio Paraninfo de Zaragoza (plaza Basilio Paraíso, 4), en la Facultad de Empresa y Gestión Pública, en el Campus de Huesca (plaza de la Constitución, 1) y en el Colegio Mayor Pablo Serrano (Ciudad Escolar, s/n), en el de Teruel.
El Aula de Cine universitaria propone para estos dos meses “piezas optimistas, esperanzadoras, que inviten a valorar los pequeños placeres de la vida y que actúen también como ejemplos de resiliencia”, explica la presentación de este ciclo que ha coordinado la historiadora del Arte Ana Asión.
Además de ‘La felicidad’, el ciclo incluye en febrero dos producciones estadounidenses‘¡Qué bello es vivir!’ (1946) de italo-americano Frank Capra,y ‘Harold y Maude’ (1971), de Hal Ashby; y la película de animación ‘Nausicaä del Valle del Viento’ (1984)del japonés Hayao Miyazaki.
Marzo se abrirá con ‘Todos dicen I love You’ (1996), de Woody Allen; continuará con ‘La fortuna de vivir’ -’Les enfants du Marais’, en su título francés-, de Jean Becker; y se cerrará con dos filmes del siglo XXI ‘El hijo de la novia’ (2001) de Juan José Campanella, y el musical ‘El gran showman’ (2017) de Michael Gracey.
Esta selección, señala Asión, “mantiene la heterogeneidad temática, geográfica y cronológica que ha caracterizado siempre al Aula de Cine”. De esta forma se da continuidad a la línea que ha seguido Luis Antonio Alarcón, que durante 18 años en el caso de Zaragoza, trece en el de Huesca y algunos menos en el de Teruel, ha ha sido el responsable de esa propuesta cultural universitaria que ha ofrecido a numerosas promociones de estudiantes y a los cinéfilos locales, con un criterio de calidad desde las olvidadas joyas del cine mudo, a las creaciones de cinematografías nacionales poco conocidas en Europa, las producciones del cine español olvidadas por los jóvenes o que ha abordado, a través de los ojos del séptimo arte, numerosas problemáticas sociales que preocupan a quienes vivimos en el siglo XXI.