Redacción. La pandemia ha supuesto un impacto extraordinario que ha venido a agravar la situación especialmente complicada ya de aquellas personas y familias más vulnerables, aumentando las dificultades a las que se tienen que enfrentar en su día a día y abriendo más aún la brecha existente.
Con el objetivo de paliar en lo posible esta realidad y como parte del propósito de la compañía de fomentar la igualdad de oportunidades, Ikea Zaragoza, de la mano de la Fundación Federico Ozanam y de la Asociación Amasol, ha liderado un proyecto para ayudar a crear verdaderos hogares a las familias en situación de vulnerabilidad de Aragón.
Fanny Giménez, directora de la tienda en Zaragoza, explicó que con un presupuesto de 15.000 euros, Ikea Zaragoza ha puesto en marcha dos líneas de actuación diferentes, atendiendo a las necesidades de dos de los colectivos que más están sufriendo el impacto de la crisis sanitaria, los jóvenes y las familias monoparentales.
Por un lado, se ha rediseñado y habilitado 2 pisos con los que cuenta la Fundación Federico Ozanam en el barrio de la Almozara de Zaragoza. Estos pisos asistidos están destinados a culminar los procesos de autonomía con jóvenes bajo la tutela de la Administración, una vez que han alcanzado la mayoría de edad.
En estas viviendas, en las que conviven hasta 9 jóvenes, cinco chicas en uno y cuatro chicos en otro, Ikea ha transformado dos salones, un comedor, dos cuartos de la colada y nueve habitaciones, para conseguir espacios funcionales y cálidos en los que estos jóvenes crezcan y se preparen para una vida adulta autónoma.
Un verdadero hogar para familias monoparentales
Por otra parte, Ikea ha colaborado con la Asociación de Madres Solas (Amasol), habilitando una vivienda en la que conviven tres familias monoparentales vulnerables en el barrio de Actur de Zaragoza. Con el fin de facilitar un espacio funcional y acogedor, teniendo en cuenta que cada familia habita un dormitorio, la actuación ha ido dirigida a maximizar el espacio de almacenamiento, sin renunciar a ofrecer un espacio cómodo, bonito y divertido para los más pequeños. Asimismo, se ha transformado una de las salas de terapia con las que cuenta la Asociación, para crear un espacio cómodo y agradable que invite al diálogo.
“Desde el equipo de Amasol estamos muy agradecidos porque somos conscientes de cómo el entorno en el que viven las familias incide directamente en su estado de ánimo y en las dinámicas familias que se dan en el hogar. Tenemos plena seguridad en que las condiciones óptimas de la vivienda, convertida en un lugar agradable y acogedor, facilitará el proceso de integración sociolaboral en el que participan las familias”, señala Patricia Durán, presidenta de la Asociación.
La iniciativa forma parte de la inversión de 1,5 millones de euros anunciada por Ikea en España. La compañía ha destinado una parte importante al apoyo de organismos locales y organizaciones no gubernamentales, para la gestión de la crisis sanitaria.