Redacción. El Teatro Principal luce desde un renovado aspecto exterior tras acometer las obras de limpieza y rehabilitación de sus fachadas principales, la consolidación de las ocho estatuas de las Alegorías de las Musas en su techumbre, la revisión de su cubierta y la instalación del nuevo sistema de iluminación. Las tareas, que se iniciaron durante el verano y se acometieron con carácter de emergencia, han supuesto una inversión superior a los 300.000 euros y se han centrado en las fachadas que dan al Coso, a la calle Blasco y a la plaza de José Sinués.
Una inspección municipal determinó la necesidad de actuar para evitar tanto los posibles desprendimientos como la degradación de los elementos exteriores de un inmueble que es Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés, por lo que las áreas de Cultura y de Urbanismo pusieron en marcha las actuaciones necesarias para salvaguardar un equipamiento “de gran relevancia histórica y cultural para nuestra ciudad”, como ha recordado la vicealcaldesa Sara Fernández, quien ha destacado el “excelente trabajo realizado que, además, en ningún momento ha interferido en la actividad cultural y teatral que se ha ido desarrollando estos meses en el interior”.
Se resaltan los elementos simbólicos de la fachada
La nueva iluminación, que resalta los elementos simbólicos de la fachada y realza las figuras de las Alegorías de las Musas, “pone en valor la importancia de este equipamiento”, ha apuntado el consejero de Urbanismo, Víctor Serrano, quien ha agradecido a los trabajadores municipales y de la contrata que ejecutó las obras “la profesionalidad y dedicación” con unos trabajos que han resultado “más complejos de lo que puede observarse” porque “las estatuas estaban en una situación estructural muy delicada y el ladrillo de la fachada presentaba numerosos desperfectos y en algunas partes un alto nivel de degradación”.
Al hilo de esta necesaria actuación se ha aprovechado también para sustituir la antigua iluminación genérica de la fachada al Coso por otro alumbrado arquitectónico, más moderno y acorde con las características propias de la fachada que se desea resaltar, subrayando el frontis superior del edificio y perfilando sus elementos más singulares con ayuda de tecnología RGB que permite distintos colores y diferentes secuencias y mayor o menor intensidad en la iluminación.
Otras actuaciones ejecutadas dentro de este nuevo proyecto de iluminación han sido la sustitución de los focos bajo la marquesina de entrada por otros equivalentes con mayor intensidad; la sustitución de las pantallas fluorescentes de cartelería retroiluminada incorporando los equipos necesarios para destacar los contenidos; el cambio del alumbrado del cartel principal del chaflán; la eliminación de los proyectores de alumbrado general ubicados en la planta primera; la instalación de un nuevo alumbrado en los perfiles de las jambas de las ventanas; el alumbrado de señalización de las banderolas informativas y la iluminación lineal de la zona superior con nuevos proyectores hacia las cariátides de la azotea.
Las musas
Las estatuas de las Alegorías de las Musas presentan ya una imagen limpia y renovada en la cornisa de la entrada principal del edificio. El Servicio de Conservación de Arquitectura de Urbanismo remarcó antes del inicio de las obras que el «estado de las ocho estatuas, en dos grupos de cuatro, uno en la fachada del Coso y otro en la esquina entre la plaza Sinués y la calle Blasco, presentan pérdidas de su material compositivo, tanto en la zona de sujeción como por desgastes en capas superficiales, fisuras y agrietamientos generalizados, algunos con elementos de materiales próximos a desprendimientos y, como es habitual, ataques de carácter biótico».
Las esculturas de las Alegorías de las Musas son grupos de cuatro piezas (Talía, Melpómene, Euterpe y Terpsícores) que tienen 2,3 metros de altura cada una, están realizadas en piedra artificial, son obra del escultor Francisco Rallo y fueron colocadas en 1970. En su día se proyectaron cuatro juegos (uno por fachada) de cuatro esculturas cada uno, pero en la última intervención sobre el Teatro, en 1985, se transformaron sustancialmente las fachadas, por lo que las 16 esculturas se reubicaron.
En la actualidad, en la fachada principal de la calle del Coso hay cuatro, y otras cuatro se sitúan en la trasera de la plaza de José Sinués con la calle Eusebio Blasco. Otras cinco fueron repartidas en el interior del edificio y las dos restantes se encuentran en la plaza de Santo Domingo, escoltando la entrada al Teatro del Mercado.