Redacción. La Policía Local de Zaragoza realizó 4.596 pruebas de alcoholemia durante la campaña de control y vigilancia desarrollada desde el 6 de diciembre al 9 de enero; la primera fase de ella -hasta 12 de diciembre- en colaboración con la DGT. Son 392 pruebas más que el año pasado.
De los conductores sometidos a etilometría, el 2,38% (109) dieron positivo; una cifra muy similar a la registrada el año pasado (2,10%). Además los agentes detectaron 35 positivos por drogas, principalmente por consumo de cocaína, cannabis (THC) y anfetaminas, con porcentajes similares.
Las pruebas de detección de drogas no se le practica a todos los conductores. Únicamente se realiza a aquellos conductores que, habiendo dado negativo en alcohol, dan signos que evidencian que no se halla en en plenas facultades para conducir.
Los resultados de esta última campaña revelan así mismo un descenso del 19% de las conductas tipificadas como delito y, consecuentemente, un incremento de las calificadas como infracción administrativa, que han representado el 59,63% del total (el año pasado fueron administrativas el 40,90 %, y de ámbito penal el 59,09%).
Conducir con una tasa de alcohol superior a la establecida o con presencia de drogas en el organismo constituye una infracción administrativa muy grave con sanciones de hasta 1000 € y retirada de 4 a 6 puntos del permiso de conducir.
Esa conducta pasa a ser delito cuando la tasa de alcohol en aire espirado supera los 0,60 miligramos por litro o los 1,2 gramos por litro en alcohol en sangre o cuando se conduce un vehículo de motor o ciclomotor bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas. En este caso el conductor se enfrenta a penas de prisión de tres a seis meses, multa de seis a doce meses o a trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 noventa días, además de la retirada del carnet de 1 a 4 años.
La única tasa segura es 0,00 mg/l.
El alcohol está presente en un tercio de los accidentes mortales que se producen como factor concurrente o desencadenante. Conducir bajos sus efectos multiplica, dependiendo de la tasa, entre 2 y 15 veces el riesgo de sufrir un accidente y además está vinculado con lesiones más graves. A medida que la concentración de alcohol en la sangre aumenta en el conductor, la tasa de incidencia de accidentes también se incrementa.
Además conlleva una mayor mortalidad, al ser un factor relacionado con un peor pronóstico en las lesiones sufridas.
Actualmente la ingesta de alcohol representa la segunda causa de accidentes, sólo por detrás del exceso de velocidad. Por eso la única tasa de alcoholemia segura es 0.0%, ya que incluso las tasas situadas dentro de los márgenes legales permitidos incrementan el riesgo de sufrir un accidente.