Redacción. El año 2014 la Denominación de Origen Protegida Cariñena ha puesto en marcha un proyecto para erradicar la principal polilla que sufren las viñas, denominada ‘del racimo’ mediante una técnica de ‘confusión’ sexual, que evita que los machos fecunden a las hembras.
A lo largo de este año se ha ampliado la superficie en la que se aplica este tratamiento no contaminante en más de 2.900 hectáreas, lo que supone un incremento del 111,5% con respecto a la cifra existente en 2013: un total de 2.600 has.
La Denominación puso en marcha la iniciativa en 2009, de forma experimental, sobre una superficie de 200 hectáreas. El proyecto se ha multiplicado especialmente en los últimos tres años. En 2012 alcanzó una superficie de 1.000 hectáreas, al año siguiente superó las 2.600 y antes de que termine 2014 se sitúa ya en 5.500 has., casi el 4 % de toda la extensión que abarca la D.O.P.
Se trata de la técnica biológica de ‘confusión sexual’, que consiste en la colocación de difusores en el campo que van emitiendo la feromona sexual de la hembra de la especie a tratar. Debido a que el macho no es capaz de localizar a la hembra por la gran cantidad de feromona que hay en el medio ésta no es fecundada y, como consecuencia, no hay puesta de huevos y no habrá larvas que se coman el fruto (en este caso la uva). Es una técnica inocua, ecológica y que no afecta ni interfiere con otras especies presentes en el medio.
Eliminación de insecticidas y mayor calidad de la uva. La principal finalidad de este sistema es racionalizar el uso de fitosanitarios, mejorar la prevención del medio ambiente, reducir la huella de carbono, garantizar la seguridad alimentaria e incrementar la calidad final de los vinos.
El beneficio más directo es la reducción o eliminación del uso de insecticidas: sólo para este año se dejarán de utilizar 20.000 litros. Además, esta técnica permite una gestión más racional de otras enfermedades, por lo que se reduce el número de tratamientos e incluso permite la utilización de productos con un menor impacto ambiental. Un beneficio fundamental es la mejora de la calidad de la cosecha, al evitar el daño de la plaga, la uva llega al final de la maduración en perfectas condiciones. La reducción de las pérdidas de cosecha asociadas a esta plaga y la preservación del medio natural y mejora de los ecosistemas agrícolas son otros beneficios a tener en cuenta.
Este sistema tiene la peculiaridad de que tienen que ser zonas uniformes, áreas muy homogéneas. Dentro de la zona de confusión no se pueden dejar parcelas en las que no se utilice el sistema, porque si no varían mucho los datos, ya que los insectos en unos sitios se reproducen y en otros no. “Al ampliar la zona hay que hablar también con todas las bodegas que están en esa área», explica Jesús Isiegas, responsable del Departamento Técnico-Atria de la D.O.P. Cariñena.
La iniciativa partió de las dos principales bodegas de la Denominación: Grandes Vinos y Viñedos y Bodegas San Valero, a las que se sumaron el resto que tienen viñedos en la zona en confusión. En la actualidad son ya 17 bodegas las que participan y la superficie tratada comprende la práctica totalidad de los términos de Cariñena, Aguarón y Cosuenda, además de manchas sueltas en otros términos municipales. Los costes son asumidos principalmente por los viticultores, por un lado, y también por las bodegas y el Consejo Regulador de la D.O.P. que participan en el coste del producto.
Se trata de una técnica que ya se ha empezado a utilizar en otras denominaciones, pero no con tanto volumen de superficie. «En estos momentos, Cariñena es la D.O. que más hectáreas de superficie tiene en tratamiento”, destaca Isiegas.
Para 2015 el objetivo será consolidar lo conseguido, ya que a partir de ahora el crecimiento será más lento. Según el técnico de la Denominación, «en la medida de lo posible se podrá aumentar algo más pero lo importante es estabilizar la superficie tratada, que con estos volúmenes requiere bastantes controles».
En el futuro, la Denominación Cariñena persigue extender el tratamiento al resto de términos municipales, con la creación de nuevas zonas de «confusión sexual», para tener así todo el viñedo de Cariñena controlado bajo este sistema sostenible y ecológico de gestión de plagas.