
Cristina Pérez. A día de hoy las pistas de esquí aragonesas son un punto de referencia a nivel nacional para los amantes de este deporte, reuniendo a más del 20% de los españoles que esquían en nuestro país. Sin embargo, el camino que ha llevado a estos lugares a convertirse en lo que son actualmente ha sido largo, ya que la práctica del esquí en la región aragonesa comenzó a principios del siglo XX.
El refugio de Santa Cristina en Candanchú se configuró como el epicentro de un grupo de ciudadanos que comenzaron a practicar este deporte sin la ayuda de ningún tipo de remonte mecánico en sus orígenes. La estación, sin embargo, alcanzó pronto alto renombre, como lo prueba la visita a Candanchú del rey de Siam en los años veinte.
La estación de esquí de Candanchú fue también un punto importante a la hora la creación de la Escuela Militar de Montaña en Jaca, localidad muy cercana a las pistas. El asentamiento militar y las personas que en él se instruyen utilizan desde siempre las instalaciones de la pista de Candanchú para sus cursos de esquí y escalada. La asociación Montañeros de Aragón también se fijó en este lugar para realizar muchas de sus expediciones y para otras agrupaciones de montaña fue un referente a la hora de organizar sus salidas y actividades durante todo el siglo XX.

En los años sesenta, tras aparecer los mecanismos de remontes mecánicos, se crearon algunas de las otras estaciones de esquí aragonesas que hoy conocemos. Y, gracias a ello, las pistas de Astún, Candanchú, Formigal y Panticosa fueron elegidas internacionalmente para la celebración de los Juegos Olímpicos Universitarios de 1981 y 1995.
Ya en el siglo XXI, en el año 2002, se configuró el grupo Aramón, que reunía a distintas estaciones aragonesas: Cerler, Formigal, Javalambre, Panticosa y Valdelinares. En estas estaciones se hicieron grandes inversiones llegando a convertirse en la referencia de las pistas de la geografía española, recibiendo en anualmente la visita del 20% de todos los esquiadores en España.
A día de hoy la estación que fue pionera en la práctica del esquí en Aragón ha perdido la fuerza que tuvo en sus comienzos, albergando 51 pistas frente a las 54 de Astún o las 147 de la unión Formigal-Panticosa. Los valles de Tena y Benasque se han configurado en los últimos años como los de mayor tráfico en Aragón, aunque la importancia de las tradicionales estaciones de Astún y Candanchú se pone de manifiesto cada año al comprobar la gran afluencia de esquiadores que acuden a sus pistas y disfrutan de sus instalaciones.