Cristina Pérez. / Con sólo cuatro años comenzó a cantar y, entre los 8 y los 13 años, fue un auténtico vencedor, ganando todos los concursos de jota a los que se presentaba. Hablamos de Nacho del Río, un cantador de jota aragonesa que recorre España y parte del extranjero en representación de este folklore típico de nuestra tierra.
Tras toda una vida dedicada a su profesión, del Río sigue el ejemplo de su querido maestro, Jesús Gracia, y no deja nunca de investigar y buscar nuevas tonadas. «El aprendizaje te hace crecer como persona», asegura el cantador.
Zaragoza Buenas Noticias le ha entrevistado para conocer su visión sobre la situación actual de la jota aragonesa y su experiencia, en primera persona, sobre la vida de un hombre que ha arrasado en grandes teatros y quien reivindica la creación de una institución o fundación que represente este folklore aragonés, el cual define como uno de los más bellos del mundo, y que pfrezca apoyo formativo, de archivo y material de todo tipo sobre la danza y el cante de la jota.
-Empezaste a cantar con 4 años. ¿Crees que lo tuyo es un don natural y que naciste con esta vocación?
-A mí me gustaba mucho cantar pero también tengo que decir que me costó hacerme a ello. A los 7-8 años empecé a asistir a clases con mi maestro Jesús Gracia, aunque había tenido antes dos profesoras, que fueron María Teresa Aguirre y Mercedes Cantín Pero fue cuando entré en casa de Jesús Gracia, mi maestro durante 22 años, él captó mi atención y en aquel momento tuve claro que quería ser cantador de jota.
-Y además, empezaste también a cosechar éxitos desde muy pequeño. ¿Disfrutabas la jota o te quitaba mucho tiempo de juego?
-No, yo también tenía mis ratos de juego, del colegio, de mis amigos… Sin duda, el hecho de ir a actuar o ensayar y aprender, para mí, era muy bonito, guardo un recuerdo de mi infancia muy bueno.
-En tu pubertad tuviste un parón de cinco años para reposar durante tu cambio de voz ¿Cómo llevaste estar todo este tiempo sin poder cantar?
-Ya me advertía mi maestro que llegaría un momento en el que me afectaría el cambio que todos sufrimos, sobre todo los hombres, en la pubertad. Es un proceso y hay muchos niños que en ese proceso ya no vuelven a cantar porque se les atrofia la garganta o no hacen un buen cambio. De niño fui un autentico vencedor, me llevé todos los premios a los que me presenté. Un mes de agosto, cuando yo tenía 13 años, fui a presentarme a un concurso, comencé a ensayar y, a los dos días, fui a ensayar otra vez y ya había perdido los tonos en los que yo cantaba. Mi maestro me pidió que pasara al reposo, que no cantase en público y que me cuidara mucho. Tuve mucho tesón y mucha perseverancia hasta que se me posicionó la voz en tesitura de tenor, pero me costó 5 años.
-Has cantado delante de SS.MM. Los Reyes de España, los Príncipes, el Presidente del Gobierno… ¿Impone?
-Bueno, es gratificante, porque cuando puedes plasmar lo que más te gusta y puedes interpretar ante personalidades y gente importante es muy bonito. No impresiona… ¡Bueno sí! (Risas) En realidad tienes la responsabilidad de quedar bien, estar a la altura, que no te salga nada en la voz, que estés lo más correcto posible… Pero a la vez también es muy ilusionante poder cantar ante personalidades importantes o en teatros importantes. A los que nos sentimos en cierta forma un poquito artistas, esto nos impulsa, nos hace crecer y nos motiva.
-Después de tantos años de trayectoria, ¿cuál es la jota que todavía te pone los pelos de punta al cantarla?
-A mí muchas porque soy un loco y un enamorado de la jota. Muchas veces digo que me gustaría transmitir a todo el mundo lo que significa para mí la jota y contagiar a todos los aragoneses para que de una vez por todas se empaparan de algo tan bonito y tan nuestro como es la jota. Soy un apasionado de toda la jota antigua, mi maestro me tocó de la época antigua, de los grandes intérpretes de finales del siglo XIX y principios del siglo XX y son muchas las jotas que me emocionan y que me ponen la carne de gallina. Pero si me tengo que quedar con una sería con una de las versiones de Juan Gracia, que es la que más altares tiene y que cuando se interpreta por Jesús Gracia es una maravilla.
-¿Cuál es el lugar más emblemático donde has actuado?
-El Gran Teatro del Liceo. Fue una experiencia inolvidable, tanto en el Liceo como en el Palau de la Música de Barcelona. Son dos de los edificios más bonitos donde he cantado y en los que he cosechado un gran éxito. El Teatro Principal de Zaragoza para mí es un referente en la jota, lo adoro, y me gustaría cantar ahí siempre que pudiera.
-Has actuado en muchos lugares fuera de nuestra tierra. ¿Cómo acogen los de fuera la jota aragonesa?
-La jota aragonesa se recibe en todos los sitios con los brazos abiertos. Tiene algo que llega muy directo al público. El folklore tiene mucho del pueblo y, como tal, yo creo que se transmite muy pronto. A nivel de España, en el resto de las Comunidades Autónomas, se quiere mucho a la jota. En el extranjero, en países que no son de habla hispana, a lo mejor el canto se entiende menos, pero el baile gusta muchísimo. Yo creo que tenemos uno de los folklores más importantes y bonitos del mundo junto con el ruso.
-¿Crees que las nuevas generaciones siguen manteniendo esa devoción por la jota aragonesa?
-Hoy en día, creo que la jota goza de muy buena salud. Hay grandes profesionales muy jóvenes que están haciendo cosas nuevas, que tienen iniciativas distintas y eso enriquece. Además, socialmente, la jota goza de muy buena salud gracias a los medios de comunicación, que en estos últimos años le han dado un impulso muy importante. Queda mucho por hacer, porque sobre todo a nivel institucional, es una pena que la jota no tenga una institución o una fundación que la ampare. Una institución que vele por el estudio, la investigación, la evolución; que pudiera dar seminarios de formación; que pudiera, por qué no, profesionalizar un poquito la docencia. Hoy en día puede dar clase cualquiera, simplemente haciéndote autónomo. Por lo menos, que esa gente que quisiera enseñar, pudiera estar en un centro o recibir una nociones de lo que es la historia de la jota, la música en la jota, de cómo tratar una voz. Hay mucha gente que trata con los niños y, una voz blanca de niño, si no se cuida se puede romper y, si se rompe, se rompe para toda la vida. Es difícil pero yo creo que algo sí que se podría hacer para proteger la jota aragonesa. La jota ha dado más a Aragón que Aragón a la jota, por lo que creo que Aragón está en deuda.
-¿Qué cualidades creen que hacen falta para ser un maestro de la jota?
-No soy quién para decir el cómo, yo simplemente sé que es un mundo que me apasiona, que mi maestro me transmitió y me enseñó que nunca se deja de aprender, que hay que estar en un contínuo aprendizaje para poder enseñar y para poder crecer como cantador. Esto de que porque tengas un premio ya te pienses que estás por encima de lo humano y lo divino, no es así. Yo soy un apasionado y, como tal, he intentado formarme en cómo poder enseñar a un niño y a un adulto. Cómo conseguir que la garganta no sufra. Primero hay que enseñar lo que es puro, lo que está en los cancioneros y lo que han interpretado los grandes maestros de la jota a lo largo de toda su historia. Y luego, una vez que se conoce muy bien el origen y la pureza, sí que puedes permitirte ciertas licencias a nivel de un espectáculo, pero nunca a nivel de un concurso oficial o de una competición de la jota pura.
-Tú eres precisamente de los que está en búsqueda constante de nuevos horizontes y tonadas diferentes.
-Sí, desde luego eso me lo enseñó mi maestro, que a sus 80 años seguía recuperando y catalogado cosas que a lo mejor había grabado, no se acordaba, y las recuperaba para enseñárselas a sus alumnos. Sin duda, esa labor es muy interesante.
-¿Cuáles son tus próximos proyectos?
-Sigo colaborando con el gran bailarín aragonés Miguel Ángel Berna en todos los proyectos que realiza. También tenemos un proyecto con una mezzo soprano aragonesa, Beatriz Gimeno: ‘Aragón, lírica, jota y más’. Ahora ya estamos haciendo conciertos y tenemos varias fechas programadas para este año. Y también trabajo con mi compañera y mi pareja artística de los últimos años, que es Beatriz Bernad, con el proyecto de ‘La Jota Yeyé’.
-¿Compartes una buena noticia con nuestros lectores?
-Fue una buena noticia cuando ‘Las Cortes’ nombró a la jota como ‘Bien de interés cultural y material’. Lo quiero destacar porque es la primera vez que el gobierno se ha pronunciado por la jota.